Mal servidos, no repetiré.

Situado en un bajo del Centro Comercial Torre Golf, decoración moderna. Dispone de terraza en el exterior.

Ellos mismos clasifican su cocina como tradicional con toque de autor y por lo que pudimos comprobar, así es. Presentaciones de los platos cuidadas y originales. Ofrecen un menú a diario por 10 euros y también hasta cuatro de distintos precios, aproximadamente desde los 20 hasta los 35 euros, compuestos por unos entrantes, un plato fuerte y postre. Vajilla y cubertería modernas.

La carta de vinos es inexistente, según nos dijeron “están en ello”, las referencias ofertadas, eran más bien clásicas, aunque alguna referencia interesante había. Los vinos descansan en armario climatizador y se sirven a temperatura adecuada, su servicio se circunscribe a la apertura del mismo. La cristalería es adecuada en cuanto a forma y grosor.

Fuimos a comer, pasadas las tres de la tarde y elegimos uno de los menús que consistía en varios entrantes, plato principal y postre. Compartimos: ensaladilla con langostinos, calamares a la andaluza, revuelto de patatas con jamón y mejillones en salsa de almendras (buenísimos), luego cada uno eligió un principal, en mi caso: entrecot (bueno y al punto solicitado) surtido de postres para compartir y cafés. Para beber cervezas inicialmente, agua y un Pesquera crianza.

El pero de este restaurante fue el servicio, cierto es que fuimos a comer un poco tarde (a las tres de la tarde), pero el servicio fue muy lento, además sucedió que nos informó de lo que no quedaba de la comanda realizada, una vez sacaba el plato principal de los demás, con la consiguiente espera adicional para los que tuvieron la mala suerte de no “acertar” con las existencias. “La política de hechos consumados” no nos gusta. Es una pena, porque el conjunto no está mal del todo, pero no creo que repetiré.