He ido dos veces a este restaurante, una en verano, otra en otoño. La primera fueron muy lentos, les dimos otra oportunidad y tropezamos con una piedra mucho peor.
Acostumbro a comer mucho fuera de casa por razones laborales. Pasado el tiempo sigo reconociendo que es el peor lugar donde nunca he estado. Fuí a celebrar un cumpleaños con mi familia y salimos todos con un gran disgusto. Muy lamentable. Lentos, no, peor, buscaba la cámara oculta porque no creía lo que veía. Tuve que montar un numerito tras una hora sin que me hubieran servido el 2º de 3 platos, se les olvidaba todo, platos o vasos, para qué servirlos... Están muy muy lejos de parecerse a algo profesional. Menudo disgusto se llevó mi familia. Verdaderamente impresentable. Nunca más volveremos.
La verdad, si queréis pasarlo mal, os lo aconsejo.
Lo confirmo yo y toda mi familia que de comer en restaurantes sabemos bastante.
Lo primero al gestionar un negocio es la humildad. Reconocer los defectos para mejorarlos. Saber escuchar las críticas para evitar que se repitan en un futuro. Lo que viví con mi familia nunca lo he padecido en otro lugar (le puedo garantizar que malas experiencias si hemos tenido, pero nunca jamás de tal nivel).
Saber diferenciar entre lechal y corderito entrado en años, saber como servir un martini o una simple cerveza, saber tomar la nota, saber cuando hay que servir un plato, conocer el timing del servicio por cada mesa, aprovechar cada viaje en el servicio de mesa, etc., etc., etc. En resumen, PROFESIONALIDAD. De cocina no, pero de gestión de empresas le podría dar muchísimas clases. Que un negocio tenga un precio económico no significa ofrecer un mal servicio. Al menos si se quiere evitar con ello el cierre. Por los tiempos que vivimos, les deseo toda la suerte del mundo, que la van a necesitar.
En primer lugar, nunca he utilizado la palabra "banquete" para denominar una comida familiar de cumpleaños. En segundo lugar, por 25 EUR y sin beber vino, puedes encontrar muchos y muy buenos lugares para comer hoy en día. En tercero, desgraciadamente (porque la siesta ya no la recuerdo), como fuera de casa todos los días desde hace muchos años por lo que de restaurantes de menú, pues algo ya sé.
Si has leído mi mensaje no es tanto el contenido de lo que comimos, de lo más normalito tirando a flojo, como la forma. Confié en un comentario hecho por otro usuario con el que no coincido en lo más mínimo. solo intento reflejar la realidad que padecimos en su momento.
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