Acabo de llegar de Can Jubany y no estoy contento. Otra vez mis expectativas no se han cumplido después de leer críticas buenísimas sobre este restaurante. Siendo un poco extremo, podría resumir la experiencia como restaurante de buen (y caro) producto y creatividad prácticamente nula. Ya se da por supuesto que todo ha sido muy correcto (coca de foie, canelón de pollo, espárrago de Tudela, arroz con espardeña, gamba de Roses, lubina y costilla de cordero lechal), pero creo que se paga demasiado el producto y se descuida la creatividad (la posibilidad de sorpresa y disfrute pleno quedan bastante lejos). Y eso es lo que yo espero cuando pago por un menú de 85€, una combinación equilibrada de producto, creatividad y si es posible alguna sorpresa. Además ha habido otros detalles, que aun siendo secundarios, no me han gustado mucho y que quizás sí hay que exigir a un restaurante de estrella:
- 5€ de pan, tapita y petit fours: por lo tanto, el menú realmente es de 90€.
- Una copa sucia la cambian por otra diferente porque no tienen otra igual (éramos 7 personas en la mesa).
- Gintonic que acompañaba el primer postre servido en copas diferentes.
- Presentación del arroz bastante cutre, echado al plato de mala manera y con raciones bastante desiguales.
- Continuamente iban abriendo botellas de agua sin consultarnos, que obviamente nos han cobrado al final (culpa nuestra por no decir nada e ir bebiendo).
- Con el ajetreo, olvidarse de “cantar” un plato.
- En los petit fours que sólo hubiera 3 gominolas de mango para 7 personas (?).
- Al final copa pequeña y al límite de temperatura de Gramona Imperial a aprox. 5€ sacada de una botella abierta hacía bastante tiempo y si no me equivoco mantenida en la sala sin tapón (culpa nuestra de nuevo por no quejarnos, en realidad hasta hemos llegado a pensar que nos invitarían por tener la botella allí abierta y ser cerca de las 6…pero no).
Por favor, que no se me malinterprete, he comido bien pero en mi opinión hay que exigir más a restaurantes de este nivel.
Saludos.