Siguiendo con nuestro periplo familiar por el Noreste de España, recalamos en Barcelona, y después de intentar reservar en Gorria, que estaba completo, llamé a un amigo que trabaja con frecuencia por Barcelona y de cuyo criterio me fío y me recomendó este restaurante. Aquí se produce mi primer dilema y fractura para redactar la reseña: si no hubiese sido una recomendación de un amigo, y con esa premisa fuimos recibidos, lo tendría muy claro. De todos modos, haciendo de tripas corazón y como Verema es lo que es y lo debe seguir siendo, procuraré ser sincero sin entrar en más: aviso de navegantes.
Lo dicho en reseñas anteriores coincide a grandes rasgos con mi impresión: local curioso en cuanto a su acceso, muy acogedor y buena separación entre mesas; servicio profesional (todo profesional, como veremos) y, cada cosa lo que es, con una atención personal del propietario, Modesto, muy cordial habida cuenta de la recomendación.
Menú fijo, a lo que sacan: jamón muy bueno cortado a mano, tellinas (pequeñas y con más arena de la esperable)cañaillas con una salsa de hierbas muy ricas, fritura de chanquetes (supongo que estos coreanos o chinos congelados pero muy bien hechos) vieiras, pimientos del padrón y un poco de foie que amablemente le pusieron a mi hijo, ya que no le gustan los bivalvos, y que también probamos. Seis gambas gigantescas (le pregunté el origen y titubeando me dijo que de Tarragona; le dije que estaban buenas, pero que nada que ver con las de Dènia, las cuales no conocía. Dado el tamaño, estuve a punto de pedir precisión, por si eran de Vandellós, pero decidí que mejor callarse....) Seis cigalas más a la plancha, buenas. Aquí daba por terminada la comida pero se me insistió en que probara unos pulpitos, que realmente estaban buenos, tan buenos como que era el plato más caro de todos: un platito 42 €. Dos de crema catalana, dos cafés y un Macallan al que me invitó. Dos cañas y agua y una botella de Gramona para comer. Total: 291,33 Iva incluido.
Por lo dicho, no opino más; dejo al amable veremero que saque sus conclusiones. Yo ya he sacado las mías