Después de un año y medio volvemos 3 amigos a cenar fuera de las Navidades.
Esta noche a un 50% la sala. El servicio, siempre familiar y cercano, se vuelca en agradar.
Nada cambia: Ni los aperitivos (croquetas), ni el que sigan sin carta (cocina de mercado vasco-navarra de los más tradicional, con variedad de entrantes y básicamente pescados del día).
Entrantes a compartir (servidos escalonadamente y cambiando platos):
Salmón escabechado: Rico, rico
Revuelto de bacalao: Para mi de lo mejor
1/2 de chistorra: Simplemente bestial
3 pimientos rellenos: Muy suave el relleno
Platos fuertes:
Ese día tenían un besugo de 2.5Kg. La mitad lo compartimos entre dos (a la espalda). El tercero en discordia, media lubina también a la espalda. Los pescados siguen perfectos (en su punto).
Postres:
Magníficas torrijas para terminar la cena.
Vinos: Sigue el interés del restaurante por tener una carta actualizada (coquetea con las novedades del mercado), no muy amplia y centrada en vinos de gama media (aptos para todos los bolsillos). Precios x1.5. Pedimos Emilio Moro 2005 (23€ + IVA) y Dominio de Tares Cepas Viejas 2005 (18€ + IVA). Las copas aceptables. Servicio solo incluye descorche.
Invitaron a chupitos de orujo y patxarán.
Precio total: 175€ (inc. IVA) (tomamos 3 cervezas)
Nota: Hay que ver lo que cambia la valoración de un restaurante al haber variado el sistema de puntuación.