Benditas contradicciones

En una situación privilegiada de vigía, subiendo por la carretera que lleva al faro en Hondarribia, el Arroka Berri, es un restaurante muy elegante, tanto por fuera, como por dentro, con mucha clase en su decoración, mesas perfectamente dispuestas y muy bien vestidas, con una recepción espaciosa, con hechuras de grande.

Esperas un servicio profesional, quizás distante e incluso estirado, elitista, pero he aquí, el primer contraste, el servicio es profesional, si, pero muy cercano, llano, especialmente el del dueño, que con ypad en mano, te recomienda, asesora y toma nota, vaya, un restaurante con aspecto fino, pero con alma de asador.

A mi me lo recomendaron, pero debe ser un restaurante muy popular en Hondarribia, porque llenó y porque la mitad del aforo, eran mesas familiares.
Pues bueno, después de estar comentando con el dueño como podíamos empezar… acabamos compartiendo unas alcachofas en tempura y unas pochas, ambos platos con una guarnición, mas sabrosas las pochas y recomendable pedir media de alcachofas, porqué sin no, no llegas al segundo, lo digo por el rebozado.

Y aprovecho para comentar el segundo contraste, en un restaurante con este aspecto, esperas que el tamaño de las raciones sea tirando a pequeño, no es así en Arroka Berri, las raciones diría que son abundantes, gana el ama de asador, benditas contradicciones!!.

En los segundos nos decantamos por foie fresco, cuatro medallones de foie con uvas y su salsa, buena materia prima y bien tratada, como he comentado, los medallones no eran pequeños precisamente.
El otro plato fue Txarlotas de rabo de buey, el rabo desmigado y envuelto en tiras finas de calabacin, con dos de esos medallones de foie, el rabo iba mezclado con revuelto de huevo y me cansó un poco al final, quizás sería buena idea mencionarlo en la carta.

Compartimos un postre, mas por gula que por otra cosa, una fantasía de fruta de la pasión, servido en copa, helado de mango, creo, con trozos de galleta, espuma de coco y chocolate blanco, muy bueno.

En cuanto al vino, carta amplia y variada, a precios que me parecieron muy contenidos, esta vez, pedimos un cava, un Recaredo Brut Nature (19€), buenas copas, el servicio del vino correcto.
A mi me pareció un restaurante honesto, entregado, donde se puede comer muy bien y pasar un rato agradable, cuando volvamos a estar por la zona, volveremos.

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