Restaurante Meson Santiago Millas.Casa Lucinio en Santiago Millas
Restaurante Meson Santiago Millas.Casa Lucinio
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
17,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
18 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
6.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Las natillas con su bizcocho y su canela
La receta
La Carne
Opiniones de Meson Santiago Millas.Casa Lucinio
OPINIONES
2

Una de las experiencias que no quería dejar pasar en mi breve visita a tierras Maragatas era saborear su famoso cocido.

Como estábamos con gente del lugar fuimos a un restaurante de no tan conocidos, “Casa Lucinio” situado en Santiago de Millas uno de los muchos restaurantes que ofrecen como especialidad de la casa el famoso “Cocido Maragato”.
http://www.mesoncasalucinio.es/

Como dice Anubis en su comentario anterior, se trata de un restaurante perfectamente restaurado, con dos comedores decorados tipo mesón, mesas alargadas y servicio muy atento y servicial.

El menú “Cocido Maragato” lo incluye todo, por un precio total de 19€ te garantizan no salir con hambre.

Como todos ya deberíais saber, el cocido maragato se come al revés, por ello en primer lugar nos sirvieron una bandeja con variedad de clases de carne, gallina, chorizo, morcillo, oreja, pata, morro, lacón y panceta….. y una rebanada de pan mojada en el caldo. El camarero nos advirtió que podíamos repetir lo que quisiéramos así que pedimos un trocito más de panceta que estaba sublime, y nos trajo un pedazo bestial, aunque nos sacrificamos y dimos buena cuenta de ella.

A continuación nos sirvieron dos fuentes una de garbanzos “pico pardal”, una variedad de la zona que estaban muy ricos y otra fuente con berza.

Y para finalizar la sopa, una impresionante sopa de fideos, consistente, de esas por la venderías tu alma al diablo cuando tu coche lleva varias horas bloqueado en la carretera por una tormenta de nieve.
Pero aquí no acaba la cosa faltaban las deliciosas natillas con su bizcocho y su canela, el camarero nos preguntó si queríamos repetir y como me vio dudar se presentó con otro plato, naturalmente me sacrifiqué y di buena cuanta de ellas.

Con el café de puchero sí que no pude, si no es expreso no hay maneras. Lo que si aceptamos fue la copita de orujo, más que nada como digestivo para ayudar a bajar el tentempié y empezar a hacer sitio para la cena.

¿POR QUÉ SE COME EL COCIDO MARAGATO AL REVÉS?
Pues bien, para explicar esta rareza, entran en juego dos teorías: la primera habla de la dura vida del arriero, que no puede parar su marcha y come en el mismo carro en el que transportaba su mercancía. En un anafe sujeto al carro, calienta la olla del cocido que su mujer le preparó y cuando está bien caliente, la pasa al pescante de su carro, en donde la degusta mientras las mulas o los bueyes continúan su caminata. Para evitar que la carne se enfríe, la come primero, luego sigue el orden ya descrito hasta que a cucharadas se come el caldo.

Los maragatos, recorrían las tierras de España como arrieros, llevaban entre los utensilios necesarios para sus largos desplazamientos, una fiambrera circular de madera con su tapa también de madera, donde guardaban en ella porciones de carne de cerdo cocida, que se conservaba fresco cierto tiempo. Al llegar a las posadas o mesones comían primero lo que ellos llevaban en las fiambreras de madera, por supuesto alimentos fríos, y para terminar y entonar sus estómagos pedían al mesonero o al posadero una sopa o caldo caliente. Así es como lo explican las personas mayores de los pueblos arrieros maragatos, que lo vieron comer en ese orden a sus padres y abuelos cuando regresaban de sus largos viajes.

Durante el siglo XIX, las tropas de Napoleón invadieron España y por meses estuvieron acantonadas en distintos enclaves, uno de los cuales fueron las tierras maragatas. Cuenta la historia que los laboriosos maragatos salían cada día a los campos para dedicarse a sus actividades de pastoreo, laboreo de las tierras, siembra, recolección, incluso a la apicultura. Llegada la hora del mediodía, la mujer de la casa hacía sonar el triángulo con el que llamaba a los hombres a la mesa. Invariablemente, cada día se les servía el cocido. Las huestes napoleónicas escuchaban el tintineo del triángulo y se aprestaban a tomar la casa por asalto, pero provistos de algo de humanidad, dejaban que los moradores comiesen el primero y el segundo plato, es decir, el caldito de fideos y las verduras y garbanzos y cuando calculaban que se estaba preparando el tercer plato, penetraban a saco en la casa y se comían las exquisitas carnes. Los maragatos eran sumisos pero no tontos, así que decidieron empezar la comida al revés, es decir, la carne y las verduras y cuando entraban los soldados solamente les quedaba el caldo. Quizás luego comprobaran que esta forma de comer hacía más fácilmente digerible el pesado yantar e incorporaron la moda a su gastronomía, convirtiéndola en costumbre.

Durante la invasión francesa del siglo XIX, ante una inminente batalla los franceses optaron por degustar primero la carne y después por último si les daba tiempo la sopa, ya que era preferible que sobrara la sopa y los garbanzos que las preciadas carnes.

Hoy en día esta costumbre está plenamente aceptada y se cree que es un total acierto, pues “qué huevos”, lo mejor y más sabroso del cocido es y siempre será la carne, y es evidente que si se come lo último ya no hay hambre suficiente y no se degusta como se merece.

  • Las natillas con su bizcocho y su canela

    Las natillas con su bizcocho y su canela

  • La receta

    La receta

  • La Carne

    La Carne

Reservamos para comer 8 personas. El lugar es bonito, integrado en la zona. EL comedor rustico con grandes mesas y muy ruidoso pero con servicio muy atento en todo momento. El vino, de la casa: Cueto de los Oteros muy aceptable tanto el clarete como el tinto. Lo ponen en la mesa y si quieres otro hay que pedirlo pero no ví la carta de vinos.
El cocido, lo habitual:
- carne: demasiada grasa aun sin tener tocino(lo que me parecio un fallo). Predominio de pata y oreja de cerdo
- garbanzos: muy pequeños pero exquisitos: lo mejor
- Sopa: incomestible. Al enfriarse la capa de grasa tenia mas de 2 cm.
- Postre de la casa: Natillas con bizcocho: Muy buenas
- Cafe de puchero bebible y dejan orujo en la mesa.
La grasa que tenia hizo que a las 12 horas aun continuaramos haciendo la digestion. Personalmente, en Castrillo de Polvazares he comido siempre mejores cocidos..eso si: mas caros. Salimos por 17 euros por pax todo incluido mientras que en Castrillo no baja de los 25 o 30 en cualquier sitio

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