Sigue más o menos igual, aunque esta vez fuimos pronto y entre semana, por lo que estuvimos más cómodos y el servicio fue más rápido.
La comida sigue siendo algo más "moderna" (por ponerle un nombre) y variada que la media de la zona, aunque sin sobresaltos.
Cena ligera para 4 a base de tapas:
- Brocheta de marisco (8,-€) - Algo pobre.
- Tapa de croquetas (2,50€) - No llegué a probarlas. Dichosos niños...
- Flamenquín de la huerta (8,50€) - El típico flamenquín pero relleno de bechamel con setas. Acompañado de la típica guarnición de ensalada. Original y sabroso.
- Tapa de foie caramelizado (3,-€) - Tampoco llegué a tiempo...
- Tapa de chupa-chups de queso (3,-€) - Cuatro bolitas empanadas rellenas de 4 quesos diferentes clavadas en un pincho. Según comentaron, bastante bien.
De postre, tarta de queso (4,85€). Por lo visto, muy buena.
Para beber, unos refrescos (1,40€/ud.), una caña de cerveza (1,-€), un botella de litro de agua (1,40€) y una copa bien servida de Palacio Quemado Reserva (2,10€).
Lo mejor, el airecito que corría en la terraza. Con el panorama que hay en Montilla, merece la pena pasarse por aquí.
Vistas de la bodega Alvear desde la terraza del restaurante
Tarta de queso
Terraza
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