Servicio rozando el desastre, sommelier haciéndonos el vacío, comida buena pero no memorable y actitud prepotente

Reservamos el pasado mes de marzo para finales de septiembre, especificando que la visita a Bras era el plato fuerte de nuestro viaje de luna de miel. A fin de empezar por lo positivo, decir que quien se decida a acudir al hotel-restaurante Bras, que no dude ni un instante en pasar una noche allí. La zona, el Aubrac, es realmente preciosa, el hotel está muy bien integrado con su entorno y absolutamente todo está perfectamente cuidado, buscando la perfección. Nada hacía presagiar que, visto el hotel, la experiencia en la sala iba a ser, por desgracia, harto diferente.

Como digo en el título, el servicio roza el desastre y, creo que no es ninguna exageración ni ninguna pataleta decir que no está, ni de lejos, a la altura de cómo hemos sido atendidos en otros tres estrellas michelín (e incluso en otros restaurantes menos o nada estrellados). Copas de vino y de agua sin rellenar durante minutos, sensación de abandono, servicio apresurado (da la sensación de que van cortos de personal), además de ser demasiado joven y poco experimentado.., son hechos y sensaciones que fuimos sintiendo a lo largo de la velada. No hay ninguna figura coordinando las mesas y dirigiendo al personal, a excepción de Veronique, la mujer del chef Sebastien Bras (hijo de Michel), que se dedica a pasar el servicio paseándose entre las mesas preguntando si todo va bien, pero sin dirigir la función.

Optamos por el maridaje de vino y a media Gargouillou (que a mí me entusiasmó, pero a mi mujer no) se me acabó la copa de vino blanco y, en vez de rellenármela de nuevo, el camarero me la quitó, dejándome unos cinco minutos –tal cual- sin vino ni copa, hasta que vino a servirme la copa de vino que tenía que acompañar el siguiente plato (tuve que recurrir a la copa de mi mujer para poder acabar la Gargouillou con vino).

En medio de un servicio que hacía aguas por todos los lados, sí que habían las típicas imposturas, supongo que para señalar que es un tres estrellas, como la de acomodarte la silla o doblarte la servilleta cuando te vas al lavabo. Igualmente, tampoco acabo de entender a qué viene el doblarte una servilleta cuando la misma empieza a dar asco de lo manchada que está (en otros restaurantes, tal y como te levantas aprovechan para cambiártela por una limpia).

El mismo cuchillo lo mantienes toda la velada, dicen que para seguir la tradición de los habitantes del pueblo donde está el Bras, Laguiole (de donde provienen las famosas navajas). Dejé un cuchillo totalmente manchado en el plato para retirar y la camarera, sin inmutarse, me lo colocó en el reposa cubiertos (que también se manchó) para que volviera a hacer uso de él. Un cuchillo que daba asco y que tuve que limpiar con una servilleta que tampoco cambian.

Mi mujer dejó un plato a medias. Tanto ella como un servidor dejamos dos postres casi enteros, sin tocar. Aún esperamos a que pregunten si algo va mal o algo se puede arreglar. Retiraron todos estos platos de la mesa sin preguntar nada. Yo me indispuse en el coulant (supongo que el Foie me acabó sentando mal), tuve que marchar corriendo al lavabo y aún esperamos a que alguien de allí se interese por mi situación. Lo único que nos dijeron, tras ver mi indisposición, es que debíamos decidir urgentemente si queríamos parar el menú degustación. Tampoco se preocuparon lo más mínimo en traducirnos los platos al español o al inglés, aunque nos disculpamos en innumerables ocasiones por no hablar francés. Si preguntábamos qué era exactamente lo que comíamos, nos repetían una sola vez el nombre del plato en francés y salían pitando de la mesa, volviéndonos a dejar solos. Y eso que el sommelier de Bras es argentino.

El sommelier, Sergio Calderon. Aunque desconocemos el motivo (sólo tenemos hipótesis al respecto), lo cierto es que nos hizo el vacío a conciencia durante casi toda la noche. Desde la Gargouillou, que es el primer plato del menú degustación, hasta el momento en que salíamos del restaurante (y porque yo me aproximé a él), que no volvimos a hablar con este “señor”. Fue un poco feo verle atender puntualmente y en el transcurso de toda la noche a todas las mesas, a excepción de la nuestra. También enseñó la bodega a diversos clientes, excepto a nosotros, claro está. Es decir, dejó de atender precisamente a la mesa de los españoles que necesitaban de tanto en tanto que les tradujeran los ingredientes. Veronique también desapareció de escena a media función, no sé si fue todo debido a que detectaron que no nos estaba gustando la cena.

La cocina, aunque buena no es memorable. Lo mejor para mí fue la Gargouillou, el único plato junto con el cordero que encontré realmente a la altura. Del resto, aún no alcanzo a entender como incluso al plato elaborado con trufa (en una vinagreta, buffffffff) tampoco le pude apreciar una intensidad de sabor especial. A mi mujer le substituyeron el Foie por un trozo de calabaza al horno. En otros restaurantes, siempre le han substituido el Foie del menú degustación por algo con más “entidad” (sin querer menospreciar la calabaza). Postres: puedo entender que aunque no fuera espectacular (de nuevo, sabor huidizo y poco intenso), se incluyera el coulant en el menú (Michel fue el inventor), pero los dos postres restantes (que, como mi mujer, también dejé casi por completo) creo que se podrían servir perfectamente en restaurantes de menor nivel. Respecto a los helados que acompañaban al coulant y los mini-cucuruchos finales: creo que hacer un buen helado es fácil, con buenos ingredientes y una elaboración cuidadosa. No obstante, podría señalar heladerías de mi barrio que hacen mejores helados que los que elabora el Bras, de nuevo muy flojos de sabor, sin concreción.

Después de dejar nuestra mesa, a estas alturas ya con una sensación de abandono total por parte del personal del restaurante (nuestra camarera se despidió de nosotros durante los postres, suponemos que había acabado su turno), a la salida le comentamos al “sommelier ausente” que la cena no había estado a la altura de nuestras expectativas. Demostró hacia nosotros la mayor de las indiferencias, como si realmente no le importara en absoluto y/o como si nuestra apreciación no fuera ni con él ni con nadie de la casa. No nos preguntó absolutamente nada, ni mucho menos si se podía hacer nada por arreglar esta situación, ni tampoco mostró ninguna señal de preocupación. Se limitó únicamente a corregirme cuando, erróneamente, dije que el segundo plato era de langostinos (estaba todo cortado a daditos y dentro de un timbal recubierto de espinacas), cuando lo era de bogavante. Todo esto me llevó finalmente a una lamentable sensación de contrato: nosotros te servimos esto, cobramos lo que te debemos y punto, todo lo demás sobra.

Como decía, y a modo de guinda, la cena me sentó mal. No pude dormir en toda la noche.

Después de todo esto, realmente no sabía si había cenado en Bras o qué es lo que había pasado. No me cabía en la cabeza (y aún me cuesta creerlo) que hubiéramos podido presenciar actitudes como las descritas, sin mencionar que la cocina tampoco me entusiasmó (a excepción de la Gargouillou).

Además, era un restaurante muy querido por mí, al que quería ir desde hacía muchos años y en el que había depositado grandes expectativas. De hecho, como ya he mencionado, nuestro viaje de boda giró alrededor de la visita al Bras. Ante tanto desconcierto, me decidí a escribir extensamente a la familia Bras vía email, describiendo muy educada y respetuosamente un poco todo lo que aquí os menciono y proponiéndoles finalmente si podríamos buscar un arreglo a esta situación mediante una segunda visita a su restaurante para el año que viene y en la que ellos invitaran a la comida o, en todo caso, llegáramos a una fórmula de “medio pago”. Les decía, 1) que me gustaría comprobar que realmente tenían la voluntad de arreglar esta situación y 2) que no quería que Bras quedara en mi memoria como una mala experiencia. Sé que puede parecer osada esta proposición, pero sigo pensando que está más que justificada porque, si bien la cocina es más opinable, los numerosos errores de servicio son un hecho, están ahí. Pasaron dos semanas sin obtener respuesta. Volví a enviar un mail diciéndoles que no alcanzaba a entender como ni tan siquiera tenían la cortesía de responderme. Total, finalmente me responden firmando como “la familia Bras” y diciendo que 1) no habían tenido tiempo para responder; 2) que depositan demasiada pasión en su local para que no les hubieran afectado las palabras de mi primer mail y que lamentan que nuestra visita no estuviera a la altura de nuestras expectativas; 3) que, igualmente, estaban muy sorprendidos de que me “atreviera” (tal cual) a proponer un arreglo de la situación, dado que ellos consideraban que no se había cometido ningún error de cocina o servicio y que la frescura de sus productos es irreprochable ; y 4) que por lo demás, era desafortunado que me mostrara por razones obvias insensible a las numerosas atenciones que me dispensaron. Total, que respondí que yo nunca había cuestionado la frescura de sus productos y que pensaba que alcanzaba la imparcialidad (y por tanto, que superaba nuestros puntos de vista subjetivos) el decir que el servicio fue una sucesión de errores desafortunados y que la actitud del sommelier con nosotros fue desagradable. Y supongo que aquí se han acabado las comunicaciones con la familia Bras que, por lo que a mí respecta, han mantenido la prepotencia con nosotros hasta el mismísimo final.

Y eso es todo, comparto por tanto la crítica de Lluís Fors anterior a la mía en el mismo Verema, creo que a Bras le iría muy bien un buen baño de humildad y, finalmente, me hago cruces de que la Michelín les conceda y les renueve las tres estrellas.

  1. #1

    Jeronimo

    Creo que en tu puntuación ha sido benevolente en exceso, por muy bonito que sea el paisaje y el local, el sommelier y los camareros desde mi punto de vista forman parte del entorno, y además del entorno más cercano y más afecta en una comida. Dicho de otra manera me importa tres pitos las lámparas de cristal, y el paisaje, si el personal pasa de mi, sobre todo a 241€ el cubierto.
    Y si encima la comida te sentó mal, y dices que no os estaba gustando la cena.... ¿un 7?
    Por ese precio, el año que viene ta vas a cualquiera de los estrellados españoles y disfrutarás como un cosaco.
    Un saludo

  2. #2

    Ferran_Molto

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    Tienes toda la razón, Jeronimo. He editado la puntuación. Además, al final queda en un suspenso, que es lo que se merece. Hay varios estrellados españoles en lista de espera. Esta vez, queríamos escaparnos a Francia de viaje (y además, realmente estaba muy, muy ilusionado con ir a Bras).
    Un saludo y gracias por el comentario.

  3. #3

    Moongoose

    Acojonaito me has dejado...

  4. #4

    Jeronimo

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    Y sigues siendo generoso, siempre he dicho que un mal camarero te puede arruinar una buena comida.

  5. #5

    Ferran_Molto

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    Tras pensarlo, de nuevo creo que tienes razón. El tema es que estuvimos en el hotel, que es precioso (como lo es la zona del Aubrac), y del que guardamos muy buen recuerdo (aunque a Bras acudimos principalmente a comer, no a dormir). Pero aquí en Verema, lo que estoy valorando es el restaurante en un sentido estricto, por lo que, aceptando que el servicio influenció el entorno a la baja y la sala tampoco era el colmo de la belleza (muy funcional), le doy un "bueno", que verema traduce a 7. El vino, le doy un "malo", que verema traduce a un 3, porque lo anterior dice verema que es nulo, es decir, que no hay servicio de vino y, aunque medio ausentes los camareros y ausente el sommelier, sí que había servicio, pero era malo.

  6. #6

    Jeronimo

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    Por lo menos lo has suspendido, que después de lo que comentas creo yo que es lo más adecuado.
    Saludos.

  7. #7

    Craticuli

    Pues muchas gracias por contarnos tu experiencia, porque este es uno de esos restaurantes de "peregrinaje" y por lo tanto es muy útil tener esta información para valorar una visita, como dice Jerónimo, y como te paso a ti, un mal servicio puede arruinar una comida.
    Saludos.

  8. #8

    ramico

    A ver si lo he entendido bien, estás diciendo que como sales decepcionado del trato recibido y que como no cumplieron con las expectativas que en ellos habías puesto, les escribes un correo para que te inviten la próxima vez a ver si la cosa cambia?????

    No me extraña que te respondiesen con sorpresa, y da gracias a que lo tratasen de "atrevimiento", porque das con otros y no quiero pensar en la respuesta.

    Me dejas de piedra.

  9. #9

    Ferran_Molto

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    Hola Ramico,

    Es que a estas alturas y lo digo con absoluta sinceridad (no pretendo engañar a nadie) aún no puedo creerme, no me entra en la cabeza, que mi visita a Bras acabara así y que nos trataran como nos trataron. Como decía, la proposición puede parecer excesivamente osada e incluso irrespetuosa, pero en todo caso me sentí totalmente legitimado tras lo vivido allí. Lo que más me duele es que un restaurante con el que durante tanto tiempo había soñado, permanezca en mi memoria como una gran decepción. Conozco de sobras que este es un trabajo muy, muy exigente y que es muy difícil estar siempre al 100% y quería darles la oportunidad de que pudieran enmendar las cosas. Pero cada vez tengo más claro que, lamentablemente, lo más seguro es que no fuera en absoluto un mal día del servicio y que, por tanto, una segunda visita tampoco habría sido la mejor opción. En lo que sí me reafirmo es que, después de lo vivido allí, me sentí totalmente legitimado para hacerlo. Hemos ido a muchos tres estrellas (el Bulli, Arzak, Fat Duck, Sant Pau, Celler de Can Roca) y nos pueden gustar unos más que otros, pero en ninguno hemos visto ni de lejos lejísimo, los errores del Bras. Es más, en casi todos el servicio ha sido excepcional.

    Saludos.

  10. #10

    Vinsimes

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    No haber pagado. explicas los motivos y te vas sin pagar, una vez pagado no creo que a no ser que sean muy honrados, te compensen con algo. Yo si alguna vez se diera el caso, las circunstancias, y los astros se alinearan para que algo en mi restaurante, fuera tan rematadamente mal como comentas, antes de pasar cualquier apuro o que nos quedemos los dos cabreados, vale la pena zanjar la comida y cada uno a su casa admitiendo los errores y aciertos...

  11. #11

    ramico

    en respuesta a Ferran_Molto
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    No hombre, no, si tan mal te sentiste tratado la única legitimación en la que te tendrías que haber amparado es en la de haberles pedido las hojas de reclamaciones, y haber interpuesto la oportuna queja por la vía oficial, no en la de pedirles que te inviten a nada, ni en la de que te hagan precio de nada.

    La proposicion no es que sea ni osada, ni irrespetuosa, es que se desacredita por si sola.

  12. #12

    Ferran_Molto

    en respuesta a ramico
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    Hola Ramico,

    Entiendo que un tres estrellas no es un Fnac, un MediaMarkt o un Carrefour. ¿Qué voy a oficializar?, ¿que no nos atendieron bien?, ¿que me sentó mal la cena pero que lo único que pasó es que pasé mal la noche y que ni llegué a vomitar?

    Lo que espero de un restaurante de estas características es que el propietario tenga un mínimo de honestidad para reconocer que la sala no ha obrado bien y que es intolerable que unos clientes que viajan de un país a otro y que basan su viaje de luna de miel en la visita a su establecimiento salgan decepcionados. Un día me dijo Ruscalleda que de su restaurante nadie, absolutamente nadie podía salir decepcionado. En Bras, es que el sommelier nos hizo ver con descaro que le importaba un bledo que la cena fuera bien o mal con nosotros.

    Yo no quería del Bras ni que me devolvieran ni un sólo Euro de la cuenta que pagué, ni meterles una reclamación, ni nada. Lo que yo quería es que hubieran tenido la mínima honestidad y sensibilidad para reconocer lo que es evidente (date un paseo por la web y verás que abundan las críticas como la mía o la también desfavorable de Lluís Fors) y que me dieran la oportunidad de reconciliarme con su restaurante. Lo que a mí me hubiera gustado de verdad es que hubiera llegado el día en que pudiera decir que todo lo sucedido en la primera visita fue un desgraciado malentendido y que Bras es un restaurante maravilloso.

    Por favor, adopta la perspectiva que yo fui al Bras como un auténtico fan. Conozco bien su cocina y su libro. Fui al Fat Duck también del mismo modo, conociendo sus recetas al dedillo y mi estancia allí ha sido lo más cerca que he estado nunca del Nirvana.

    Dicho todo esto, te concedo que la petición no es oportuna porque son ellos los que, en cualquier caso, deberían de haber tenido la iniciativa para ello, no yo. Pero yo les envié un mail con nuestra percepción de las cosas y de cómo creía yo que podría arreglarse todo el asunto. Y, en segundo lugar y como te decía, cada día estoy más convencido de que hubiera sido, igualmente, una mala solución, porque esta solución la planteé desde la posibilidad de que todo se tratara de un mal día del servicio y cada día que pasa estoy más convencido de lo contrario.

    Ahora bien, llegados a este punto, te puedo asegurar que no me quita el sueño que la familia Bras se haya tomado bien o mal mi proposición, aunque su respuesta al respecto hubiera sido la más dura del planeta tierra y me hubieran llamado de todo.

    Un saludo y un placer contrastar contigo nuestros puntos de vista, de verdad.

  13. #13

    kopicki

    Te digo lo mismo que Moongose. Gastarse casi 500e entre los dos para esto??? Como dice Rubén yo igual no pago y pido la hoja de reclamaciones. Ay que quejarse coño¡¡¡¡

  14. #14

    kopicki

    yo les mandaba un e-mail con el comentario¡¡¡

  15. #15

    Ferran_Molto

    en respuesta a kopicki
    Ver mensaje de kopicki

    Pues sumándole la noche del hotel del mismo Bras (que, como he dicho, nos gustó), la cuenta ascendió a 752 Euros por una noche (sin desayuno, que no tomamos por mi indisposición y que tampoco venía incluído) y la cena

  16. #16

    Ferran_Molto

    Si vais a http://www.tripadvisor.co.uk/Restaurant_Review-g196624-d739480-Reviews-Michel_Bras-Laguiole_Aveyron_Midi_Pyrenees.html, vereis que el Bras concatena sus últimas 4 reviews con títulos como "biggest disappointment", "hugely disappointing" o "what a disappointment!" y muchos se centran en el servicio y alguna también en la actitud del sommelier

  17. #17

    Lluís Fors

    Ferran, veo que no fui el único. Entiendo perfectamente tus comentarios e impresiones. Suerte que yo hablo correctamente el francés, que si no, ya me veo ninguneado como os ocurrió a vosotros.
    Los comentarios fundados -como el tuyo- són una buena arma para desmitificar. Gracias y... lo siento.
    Un saludo.

  18. #18

    Ferran_Molto

    en respuesta a Lluís Fors
    Ver mensaje de Lluís Fors

    Gràcies, Lluís,

    Me solidarizo con tu crítica. Es del todo incoherente que la Michelín les conceda tres estrellas y, es más, me atrevería a decir que es del todo imposible que esta valoración provenga de una opinión independiente e imparcial. A mí este episodio también me ha llevado a desconfiar mucho de la guía y a llegar pensar que, con determinados restaurantes como este, hay intereses creados a la fuerza.

    Saludos,
    Ferran

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