BUEN GENERO, LO DEMÁS A MEJORAR

Lo que hace décadas era un merendero de playa es ahora un restaurante con un agradable terraza con vistas al mar. Tienen un carta de cocina tradicional basada en productos del mar y los guisos típico de la zona (arroz, all i pebre, etc.)
Para empezar tomamos unos tomates de buen tamaño con ventresca, mojama y anchoas; unas navajas a la plancha muy grandes y muy limpias, sin arena. Seguimos con un calamar algo pasado de plancha y un esgarrat con exceso de aceite y corto de bacalao.
Después tomamos marisco a la plancha (gambas y cigalas) de buena calidad y tamaño pero esto disparó la cuenta a la estratosfera (cobran casi el triple del precio de lonja). También probamos un rodaballo rebozado y acompañado de patatas y pimientos realmente rico.
Para terminar unas bandejas de fruta pelada al centro (excepcionales las cerezas), cafés y unos licores.
La carta de vinos es corta y basada en referencias clásicas. Se optó por vino tinto (CVNE Imperial) bien de temperatura aunque acabó en la cubitera. El servicio consiste en descorchar y dar a probar.
En general todo lo que tomamos era de buena calidad y bien cocinado dentro de la sencillez en el trato al producto (la mayoría a la plancha). El problema es que para el precio cobrado, las servilletas y el mantel eran de papel, las copas de vidrio tipo "duralex" y el servicio aunque amable va algo atropellado. En resumen no se justifica lo que se cobra (al menos si se toca el marisco).

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