Merece la pena un alto en el camino.

Restaurante y bar de carretera, en plena A4, dispone de una sala razonablemente bien montada, en el que se puede disfrutar tanto del menú del día (16€ IVA incluído) como de platos a la carta, (a mi lado había un par de "habituales" disfrutando de una lubina a la espalda, con muy buena pinta). Cocina tradicional, con tintes manchegos, servicio eficiente y amable, cercano. Al estar en viaje de trabajo, me decante por el menú, de precio y calidad razonables, casi diría que notables. Me decanté por un pisto manchego con su huevo, nada pesado (y menos teniendo en cuenta mi intolerancia al pimiento), y bien preparado, y de segundo un entrecotte de buey (aceptamos barco), sabroso y tierno, buenas raciones. Opción a tener en cuenta para parar a comer sin pretensiones, en una ruta por las Españas y no se sabe, ni se tiene ninguna referencia de donde hacerlo. No descartaría comer a la carta en otra ocasión. Vino de batalla para acompañar el menú, aunque vayas sólo, te ofrecen igualemente el agua, además de invitar al café.

Como anécdota, la guía roja le otorga un Bib Gourmand (buena mesa a precio razonable).

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