Los snacks consistian en palomitas, algas, patatas y calamares tipo chips. Muy flojos.

Los aperitivos: pulpo a la gallega, su version de tortilla española y minihamburguesa de kobe con escalibada. Extraordinario.

Los entrantes: carpaccio de toro con tartar de vieiras.Salmonotes en escabeche y frutos rojos. Para finalizar canelon de gallo de pata negra del Penedes con bechamel de idiazabal. Todos muy buenos, el orden muy adecuado y equilibrado.

Platos principales: lubina con trompetas de la muerte. Tarrina de cochinillo con pera.

Postres: manzana con martini y un espectacular crunch de chocolate con petazetas, salsa de lichis y helado de menta. Una forma muy buena de acabar el menu.

Sin duda, no nos ha defraudado el restaurante. La carta de vino, extensa y no apretaban en el precio. Como nota negativa, por decir algo, el aspecto de algunos platos ( al ser negros se veian 10 huellas dactilares ) y que el lavabo lo compartian con el Fogons de la Barceloneta que esta en el piso de abajo.

Volveremos!!!!

En el menú detallaba el precio de la forma escrita en el título, más correcta que la de La Terraza del Claris.

Decoración fría para mi gusto. Mantelería, vajilla, cubertería, mobiliario,... acorde con la categoría del local. Buena separación de las mesas. Servicio atento sin agobiar. Buen servicio de vino, que nos ha ido rellenando las copas hasta que me he cansado de esperar a que me la rellenasen (falta de costumbre). Carta de vinos larga y diversificada con precios x2 aprox.

También aquí con dos opciones para elegir de primero, segundo y postre. Como éramos 2, hemos tomado un plato de cada.

Por mi parte:
- Aperitivo (sin opción a elegir): Tártar de salmón marinado con cremoso de cebollino - bien
- Sopa bullabesa con langostino, caviar de arenque y huevo cocido a baja temperatura - Muy buen sabor el del caldo de pescado y el huevo. El caviar de arenque y el langostino, insípidos.
- Calamar mar y montaña - relleno de carne picada. Bueno, especialmente la salsa bechamel. La espuma, aparente.
- Brownie de chocolate con helado de Bailey’s - Buen sabor del brownie y del helado, aunque el brownie lo he encontrado algo seco para mi gusto.
- Petit fours para 2, a pesar de que yo no he tomado café - No los he probado.

Todos los platos con muy buena presentación.

Una botella de El Quintà de Bàrbara Forés 2008 (22 euros más o menos), 1 botella de agua, 1 refresco y 1 café han completado la cuenta.

Si lo que pretenden es dar a conocer su cocina a los que no pueden o no quieren pagar el precio de un restaurante estrellado, pues no me acaba de convencer. Si lo que se pretende es dar un menú bueno a un precio asequible, me lo creo.

Si el párquing del mercado está lleno, hay un par de párquings en la Av. Joan de Borbó, a unos 300 metros de la Pl. de la Font.

Gracias a Bernie por el buen rato que me ha hecho pasar :-)

Nota para los fumadores: se puede tomar el café en la terraza de Els Fogons de la Barceloneta, el restaurante de la planta baja.

Escogimos el menú degustación. Dos tapas muy flojas, Siguió un lomo de caballa con frutos rojos realmente bueno, excelente punto de cocción, un arroz de pichon que no tenia ningún aliciente y un pedacito de foie a la brasa (?) con una excelente salsa de bolets. Los postres correctos, demasiado clásicos (tocinillo y brownie). En definitiva, correcto pero sin aquella chispa que diferencia a un restaurante con un restaurante especial. Eso sí, muy buena materia prima, decoracion de platos muy buena, pero sin "aquello" que hace a los restaurantes diferentes.

Todo muy correcto y bien cocinado, pero no nos ha convencido y, menos aún, entusiasmado. La verdad, esperábamos bastante más. Dos entretenimientos que estaban bien, pero que tampoco eran para alucinar. Por encima de la media general del menú, el canelón de pollo como entrante (el otro era consomé de pato con galet de espinacas y ¿supongo? "suspiro" de foie -sabemos que estaba únicamente porque nos lo nombraron-). Como principales, bacalao cocinado a baja temperatura y garrí confitado (seguramente cocinado con la Roner). De nuevo, todo bien, pero sin ningún toque de originalidad, ni nada que te significara el plato como algo de nivel superior. Los postres, decepcionantes. Nada de chocolate y una adaptación de Tiramisú que consistía en un canutillo relleno de nata, con algo de gelatina de café y una micro-quenelle de chocolate. De Mascarpone, si había, supongo que volvía a ser un "suspiro". Servicio bien. A nuestro gusto (pareja), no nos gustó la decoración del local.

Hacía tiempo que queríamos ir al nuevo local en la barceloneta, es un sitio pequeño muy bien decorado estilo loft industrial, con la cocina totalmente expuesta. Es un poco lioso para llegar si no hay plaza en el parking del mercado que es pequeño y se llena rápido, pero merece la pena ir.
Hemos hecho el menú degustación y todo ha estado muy bueno, especialmente el galet relleno de espinacas, el canelón de pollo del penedés y foi, el pescado y los dos postres excelentes, el primero una versión del chocolate blanco y el segundo del negro, estupendos los dos.
El servicio muy atento y abierto, en cuanto a los vinos tienen una amplia selección y tienen un buen servicio, son asequibles y atentos para hacer recomendaciones, en nuestro caso seguimos la sugerencia y tomamos un jumilla correcto.
Seguro repetimos.

Coincido con el comentario anterior: Merece la pana realizar el desplazamiento con el único proposito de degustar los platos de sus menús. El trato és muy cordial i agradable. Respecto al precio, no nos pareció desproporcionado en relación a la calidad del producto i los servicio que recibimos. En conclusión, seguro que volveremos.

Recomendable. Tomé uno de los mejores platos que he comido últimamente. Un huevo hecho a baja temperatura con crema de patata de bufet y caviar "IMPRESIONANTE" Interesante la opción de medias raciones en entrantes. Fabulosos los aperitivos y los petit four. Todos los platos de la comida: Dos entrantes; dos principales y dos postres, muy buenos. La única pega fue un atún un pelín pasado de punto para mi gusto. La carta de vinos sorprendentemente barata comparada con los precios de la carta. Es "carillo" pero se agradece el uso de una excelente materia prima en todos los platos. El local, aunque cómodo, algo frío en decoración y ambiente. 80 € por persona, vino incluido. Lo dicho: RECOMENDABLE.

Comedor agradable, servicio impecable, amable y muy profesional. Copas Riedel y Spiegelau. Aperitivos, tres mini-tapas, arroz cremoso con trompetas de la muerte y magret, "colomí", "rogers", pre-postre, postres acertados, buen café con variedad de "petit fours", todo ello acompañado con un "Summa Varietalis" de 2001, que maridó a la perfección. Un pequeño detalle a mejorar es el pan, ya que, para mi, los panecillos son todos ellos demasiado "raros" y faltaría alguno más "normal". En conjunto, creo que es un restaurante excelente, al que sólo le pongo como "pega" el precio excesivo, ya que más de 70 euros por persona (sin el vino), no me parece una buena RCP.

Bonito lugar, agradable por el calor de desprende el local. tube la suerte de tomar impresiones con la esposa de àngel pascual tambiérn representante del lugar. sitio donde cuidan mucho el producto y la pretesentación, un menú degustación variado y extenso, demasiado para mi pesar, con diversos platos de aperitivo cuidados en todo detalle, cocina de autor con producto de temporada excelente. carta de vinos escueta però de buenacalidad, tomé un cims de porrera del priorat realmente exquisito. el servicio en mi caso fue muy atento, novel però atento en todo momento. una belada agradable para repetir si me acerco por esas tierras.

Buen restaurante de cocina de autor con una modernidad muy bien entendida. Buen menú degustación con ingredientes regionales (trufa, butifarra, caza) sin olvidar productos del mar como espardenyes (cohombros) o bogavante.
Carta de vinos algo justa per a muy buen precio (de tienda cara): tomamos un AN 2000 por 30€. Servicio del vino nada profesional. Cristaleria Riedel "restaurant" y "Vinum Extreme".
Muy buen trato pero algo caro (menú 55€). De todos modos, muy recomendable.