En un entorno de sabor marinero se encuentra este pequeño restaurante en el que no deberemos buscar otra cosa que pescado y marisco. El menú lo canta el camarero;esto da una idea de que lo suyo es trabajar el producto fresco con mayúsculas. Nosotros fuimos 6 comensales y aquello fue una auténtica orgía naútica. Comienza el festival con unas almejas marinera de insuperable frescura y sabor que ya anunciaban lo que estaba por venir. A partir de aquí un bogavante a la plancha seguido de unas hermosísimas cigalas también pasadas por el hierro. Ambos crustáceos maravillosos. Siendo 6 nos decantamos por tres piezas para poder catar un poco de todo. A saber Lubina, Rodaballo y besugo; tremendos. Creo que lo sublime se rozó con el rodaballo tanto por textura como por cocción y sabor. El mejor que he catado en años. Despedimos el festival con una degustación de tartas caseras. Para trasegar Albariño Bouza do Rei los de blanco y Campillo reserva los de tinto. Ambos excelentes servidos en una buena cristalería y a temperatura adecuada.Lugar muy recomendable. Me invitaron pero creo que con ese género habrá que surtir bien labilletera antes de ir. Neptuno seguro que también lo conoce.
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