Fuimos buscando comida típica conquense y la encontramos.
Tiene una buena exposición de vinos, con algunas cosas interesantes. Nosotros tomamos un Puerto Salinas 2005 por 18 euros la botella. Sin servicio, copas flojas.
El local es pequeño y con las mesas bastante juntas. Manteles y servilletas de papel.
Tomamos una ensalada de tomate raff con tronco de atún excelente. Lo que siguió ya no estuvo igual, gazpacho manchego, ciervo guisado y conejo en escabeche, pero cuando llegó el bacalao rebozado, se nos iluminó la cara de nuevo. Exquisito, para repetir. Los postres no merecen mención.
Dedujimos que lo mejor del sitio son los jamones y embutidos, quesos y salazones.
Probamos una sobrasada de aperitivo con unas lonchas de tocino que estaba bastante buena.
El precio muy económico.

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