Bar de tapas que se ha ido convirtiendo en uno de los locales mejores de

Bar de tapas que se ha ido convirtiendo en uno de los locales mejores de la ciudad para comer y beber extraordinariamente. Con Agustin en la cocina, y Vicent en cocina y atendiendo la sala, se puede degustar desde unas gambas al ron, ensalada de ventresca con salsa de puerros, pulpo a feira, etc., y aconsejo probar, la ensaladilla hecha alli, impresionante. De segundos te puedes ir a una carne de novillo argentino a la pimienta (fenomenal), solomillo al foie, magret, etc. o pescados como el rape, el atun de la zona, lubina, bacalo, etc. Los arroces, ya sean caldosos (bogavante, rape y gambas...) como los secos, perfectos. Parece un menu simple y poco creativo, pero una vez se van probando los platos, se puede comprobar el toque de calidad que tiene cada uno. El trato en el vino es extraordinario, la temperatura, copas Eisch y Riedel, y la carta, aunque no muy variada, va cambiando constantemente, con nuevos caldos, bien elegidos, y a un precio estupendo. Asi pues, aunque a la entrada parezca eso, un bar, a medida que empiezas a degustar lo que alli te sirven, piensas en los restaurantes que has comido, pagando muchisimo mas y saliendo mucho menos satisfecho. Y lo mejor, la cuenta.