Obligados por clientes entramos en esta taberna, bien decorada, con mesas de madera sin manteles. Paté de cerdo con algo de verde (4). Estofado de costillas de jabalí duro, con salsa dulce, poco trabajado (4). Disponen de una gran oferta de vinos, casi ninguno checo (solo en Moravia hay algunos blancos). Para matar el rato. No pagué pero salió a unas 4000 coronas 7 personas. (unos 20-25 euros) con botella de cabernet savignon sin padre ni madre. Rápido aprenden los checos de nuestro más rancio turismo. A evitar.