De Madrid a Valencia, paramos en Las Rejas, ya teníamos ganas, y valió la pena.Es cierto que no es una cocina espectacular, pero sin lugar a dudas disfrutamos como nunca con las ostras que prepara, maravillosas, repetimos.Bien la sopa de ajo. Muy bueno el pichón, y una sorprendente lechona.Cava recomendado bueno, y un servicio perfecto y muy amable. El único problema que encontramos es qué hacer en aquel pueblo despues de comer. Pues comprar unos ajos estupendos y carretera. Calidad-precio excelente.Nos hubiera gustado ver a Manuel de la Osa, pero se entiende que no se puede estar a toda hora.