A pesar de la renovación que ya le hacía falta, la comida responde al mismo estilo previo. Buen producto de mercado, buen pescado y carne con sabor de restaurante de toda la vida. Es la segunda vez que como tras la restauración, la primera en un reservado, no introduje la nota, esta en el salón abierto
Comida de semi-trabajo.
Carta de vinos, aceptable, muy tradicional, vinos de gama alta no hinchados de precio, vinos de gama baja caretes.
Comida sin complicaciones basada en el producto. Bebimos Luis Cañas Crianza a 25 euros botella. Postres tb clásicos generosos en la ración.
Camareros intentando agradar. Buena labor
Creo que huyen del concepto de Marisquería que teníamos antes de este establecimiento
Invitado
Restaurante clásico donde los haya, comida tradicional, basada en productos de mercado, y mínima elaboración, y en aquellas que así lo requieren, recetas de toda la vida.
Dicho clasicismo se traslada a la decoración, local, montajes de mesa, e incluso indumentaria del personal, tanto, que destila cierto aire rancio, mirar todo lo que no esté en el plato, no le vendría mal cierto restyling, aunque si eso va a tener su repercusión en los precios del mismo, en lo que a mí respecta, pueden dejarlo como está, que también tiene su gracia esa elegancia trasnochada. El emplazamiento es inmejorable, en una de las zonas nobles de la ciudad. Servicio, muy bueno, en todo momento respetuoso y solícito, cumplió perferctamente.
Trato del vino correcto, servicio de copa realizado por el personal, creo que no hubo ningún momento en el que necesitásemos servirnos nosotros mismo, cristalería mejorable, que no defectuosa, al decantarnos por los menús que ofrece el restaurante que llevan incluidos el vino, me limité a un ojeo rápido, de las 30 o 40 referencias con las que puede contar, todos muy típico y a precios normales, quizás pelín subidos.
La carta, como digo tradicional, entrantes a base de mariscos al peso, embutidos y chacinas cortados, frituras, tortillas, y ensaladas. Segundos a base de carnes a la plancha o piedra, pescados al horno, encebollados, riojanas, y poco más. Producto sobre elaboración. Cuenta con 3 menús de lo más interesantes, que fue por lo que nos decantamos, con la ventaja de poder combinar en la misma mesa diferentes menús.
Menú Risko Mar (38€+ IVA), centros de mesa a base de jamón ibérico, micuit con sus tostas, calamares y bocartes fritos, raciones de centro dignas en calidad y tamaño, y segundos a elegir entre Bacalao a la Riojana (excelente de verdad), lechazo al horno (muy bien hecho) y entrecotte a la plancha (que no se pidió nadie). Vino incluído: Laus Crianza, ajustado o justito, según se mire.
Menú Mariscada (48€ +IVA), con una fritura de centro de mesa con pescadillitas, bocartes, salmonetes y puntillas con pimientos, bien todo ello. Y de segundo una marsicada a compartir también formada por 4 gambas de huelva, 2 langostinos de Vinaroz (o así me parecieron), 2 gambones, 2 Cigalas y otras 4 (o 6) gambas rojas. En general bien, buen producto, pelín corta para lo que se pega, pero quizás mu ymonotemátca, se hecho en falta un poco de variedad, y producto sin cáscara, algún berberecho, almeja o navaja, aunque eso hubiese supuesto eliminar las gambas rojas, por ejemplo. Tuve la ocasión de probar dicho menú años atrás, y si bien el precio no ha variado, sí que ha disminuido en calidad, por un lado dicha falta de variedad, y por otro, anteriormente se ofrecía para terminar, un pescado a compartir, que hubiese sido necesario para salir satisfecho. Vino Viñas del Vero Blanco Joven, escasito para el menú.
Postres y cafés incluídos en los menús, flojitos a base de repostería variada y un sorbete.
Precios, en lo que a menús se refiere, bueno en cuanto al Risko Mar, caro en lo que se refiere al mariscada, con la copas y cervezas al llegar 240 €, correspondientes a 2 menús mariscada y 3 Risko Mar.
Resumiendo: bien, aunque un tanto descompensado el menú, y sobre todo teniendo el recuerdo que teníamos del mismo, en el caso de volver, dudo que optase por repetir mariscada, y me decantaría por el Risko-Mar.