Parece un restaurante de playa, pero tuvimos una agradable sorpresa, variedad de platos, raciones muy completas y un arroz en su punto. (No sabía que en Ibiza había costumbre de comer el arroz directamente de la paella, fue una experiencia muy agradable).
No puntúo el servicio de vino, ya que no soy un gran entendido.
Pedimos una ración de ibérico, una de calamares a la andaluza, y dos de arroz a banda, la verdad es que estábamos mirando la carta, y la sorpresa fue que el mismo camarero nos dijo que lo que habíamos pedido estaba en el menú del día por tan solo 10€ p.p.
Total, 16 € por persona, con bebida, y cafés.
La única pega es que no tienen aire acondicionado, incluso uno de los camareros tenía absolutamente toda la camisa empapada en sudor. (Afortunadamente no le tocó en nuestra mesa, ya que en ese caso igual nos levantamos y nos marchamos)