Agradable visita, para repetir.
Restaurante con una decoración alegre y desenfadada, a la vez cuidando los detalles.
Buena RCP con un trato cercano y correcto.
No es un local amplio pero da sensación de bienestar por zonas acristaladas, como la entrada, el patio interior o la bodega. Te sientes a gusto.
Me gustó ver la cocina abierta, tan limpia y cuidada.
No entiendo de vinos, pero la bodega que se veía perfectamente a través del cristal, parecía estar cuidada con mucho mimo.
Vamos a la comida ….
Un menú de mediodía muy interesante donde se puede comer con variedad.
Empezamos con unos montaditos: uno de ajo arriero y otro de jamón con tomate; deliciosos, se nota la calidad.
Continuamos con una ensalada de cogollos con anchoa y tomate valenciano; bastante bien.
Seguimos con una crema de verdura con picatostes; no quedó nada en el plato ….
Luego unos salmonetes a la plancha acompañados de verdura; muy ricos.
Terminamos con una tarta de chocolate: exquisita.
En general muy bien, desde luego para visitarlo más veces.
Buen detalle "tarifa plana en bebida", es decir puedes tomarte todos los refrescos, cervezas y copas de vino (de la casa) que quieras.
Café incluido
Todo por 15 euros.