Tiene una buena ubicación (situado frente al puerto de Benicarló).
La comida muy bién porque es fresca, con productos de mercado y de la zona.
A nivel de pescado,lo compran en la lonja de Benicarló, por lo que si os apetece, preguntáis que tienen para que os recomienden ya que varia según el día.
Los arroces y fideuas les quedan muy bién y os recomiendo especialmente" la fideuá de foie", la mejor que he probado hasta el momento.
Las pizzas son de masa fina y crujiente y los ingredientes son frescos,es decir, no llevan champiñones o alcachofas de "bote".

Y para acabar os recomiendo que provéis alguno de los multiples postres caseros que elaboran, en especial el mousse de higo.

Respecto al vino, probamos el alba de murviedro y nos gustó.

Llegue al mediodía de un mes de agosto a las 14 horas, curiosamente no había nadie y eso no me gusto pero atendiendo a la buena crítica de esta web me senté con mi mujer y esperamos ser atendidos.
Solo había una chica joven para servir, tenía que tomar las nota de las mesas, servirlas e incluso preparar las bebidas tras la barra e ir a la cocina a por los platos, realmente de locos.
Llegamos a ser 7 u 8 mesas por lo que os podéis a imaginar cómo era el servicio.
El menú no parecía estar mal por 13 €, pero teníamos la intención de probar la hamburguesa de sepia y pedimos la carta.
Hasta en tres ocasiones nos dijo la chica que no tenía platos que le solicitábamos, tallarines, callos de rape, hamburguesa de atún, en fin mucha carta pero con poca seriedad.
El servicio del vino simplemente patético, pedimos un Albariño y le reclamamos una cubitera hasta en tres ocasiones, además no sabía abrir las botellas, más bien se pelea con ellas.
Al final pedimos, mejillones al vapor (8 €), pulpo al estilo gallego (9,80€) hamburguesa se sepia (12 €) y rape a la plancha (16 €) mas el postre un mousse de chocolate blanco y una flan de café y chocolate. La cuenta final 77 €.
Lo peor ver como la ración de mejillones era la misma en carta que en el menú, que los postres también eran iguales, en fin me sentí realmente engañado.
La comida no está mal, pero en relación al precio, local y servicio nada de nada.
Mas detalles que recuerdo, creo que éramos la única mesa con carta pero a pesar de ello no teníamos mantel ni servilletas, sin embargo en otras mesas con menú si.
Como curiosidad final, la mesa de atrás se fue sin pagar, una pareja con un niño de 10 años, pobres hasta para robar habían consumido dos menús de 13 € y un menú infantil. Eso si después de ese pequeño altercado apareció gente por todas partes, es curioso ya estbamos todos servidos y los que hicieron el “sinpa” ya se había ido, jejeje.
Local al que solo volveré para comer MENU, claramente es a lo que le dan preferencia.

Un clásico de Benicarló que ha pasado a convertirse en más restaurante que pizzería con un buen salto cualitativo en el que han cambiado de local, de ubicación (ahora en frente del Puerto Deportivo) y de carta, manteniendo aquellas pizzas clásicas, pero innovando en una serie de platos propios de la gastronomía y entorno marítimo del restaurante. También ha mejorado su carta de vinos, que aunque muy corta, presenta al menos algunos vinos representativos y variados (Rieslings, rueda, ...).

El servicio es muy atento y agradable, existe un espacio suficiente entre mesas, en general. El servicio del vino debe mejorar.

Nosotros decidimos tomar un carpaccio de atún, producto de la zona y de las lonjas de Vinaroz y Benicarló que estaba estupendo. Probamos también la "Hamburguesa de Sepia" que, aunque la guarnición del plato no es muy armoniosa, la hamburguesa de sepia en sí estaba buena y resaltaba la calidad de la materia prima. Pedimos también la "Ensalada de verduras en deconstrucción", que aunque sencilla, me pareció excelente. Además de los platos pedimos 2 pizzas para compartir que estaban muy bien.