En el GastroBar

Tenía ganas de probar, pues había estado en el restaurante y también en la barra. La oferta de tapas y raciones es amplia y sugerente. Tomamos una ensalada de pulpo muy rica, unas tiras de pollo con salsa de mostaza muy bien fritas, plato original y sabroso, patatas bravas y un excelente plato improvisado por el cocinero con butifarra negra (un gran detalle por su parte). Para postre unos "huevos" realizados con yogur búlgaro y confitura.
Nos habían ofrecido como aperitivos una tapa de cansalada y una fascinante de carquinyoli de pistacho (galleta típica de Tarragona) con queso gamonedo.
La decoración del gastrobar es muy moderna, el menaje correcto y el servicio del vino muy bueno, con copas Schott Zweisel. Carta de vinos bastante completa. Además ofrecen una pequeña lista de vinos alternativa a la carta en sí, con 3 grupos de vinos a precios competitivos
Como en las anteriores visitas la atención me pareció amable y competente.
El nivel de ruido a mi entender es excesivo, y no entiendo qué pinta la gran pantalla de TV que hay al fondo del local, por suerte sin sonido la noche que yo estuve. No obstante el ruido tiene que ver con que el local estaba hasta los topes, lo que supone una prueba del éxito que están teniendo.
En este momento es una muy buena opción en nuestra ciudad: cocina desenfadada, moderna, de calidad y bien elaborada. Con una muy buena RCP además. Un lugar al que te apetece volver.

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