Nada que añadir o aportar en cuanto a local y decoración, ya que supongo que todos irán del mismo estilo, diseño modernito, sin mucho gasto en hilos, cuberterías, ni cristalerías, todo muy IKEA o similares, en este caso bien situado el local. Servicio atento, hubo un pequeño malentendido con la reserva, que supieron corregir sin problemas. A pesar de las opiniones que había leído con respecto a lo lento del mismo, en el caso de que el local estuviese lleno, en el nuestro en particular, y a pesar de estar casi lleno, el servicio fue bastante ágil, de hecho nos sentábamos a las 14:20 aproximádamente, y la cuenta se pagó a las 15:53.
Carta de vinos corta, sin apenas referencias a la zona arrocera de la que procede la cadena (casi ningún vino levantino), y limitada a 2-3 vinos por tipo, precios contenidos Palacio de Bornos 13€, Prado Rey Roble 14€, servidos no muy escrupulosamente (sin probar, ni a temperatura idónea), en cristalería un tanto de batalla, aunque correcta.
La carta interesante, arroces con algo más , lástima que no tuviesen un par de platos de entrantes que nos llamaron poderosamente la atención, por no ser la mejor época para disponer según que productos. AL final nos decantamos por compartir 2 primeros, y dos tipos de arroces, a razón de dos raciones por tipo (incomprensible que sólo permitan 2 tipos de arroz por mesa, supongo que independientemente del tamaño, el problema es ver en el caso de que sea una mesa para 8 o 10, como consiguen poner de acuerdo a todos, para que no salgan más de 2 tipos). Desgranando un poco los platos:

- Terrina de foie con frutos del bosque y cebolla confitada: Bien, materia correcta, la salsa estaba además bien lograda, y ración suficiente, para que 5 personas, nos pusiésemos 3 tostaditas cada uno. (12,90€)
- Tellinas, langostinos y vieiras en salsa: diría que incluso malo, materia descongelada, incluidas las vieiras de granel, con una salsa de bote prefabricada e industrial con sabor a tomate orlando disuelto en alguna especie de fumé (12 €)
- Arroz meloso de chipirón, cigalias y trigueros (14,20 € x ración): podía haber estado bueno, el problema es que le faltaba cocción, el arroz a medio hacer, y las cigalitas que decoraban superiormente crudas en su totalidad.
- Arroz de confit de pato y alcachofas: buena idea, a lo mejor le faltaba un plus de sabor, pero el concepto me gustó, algún día probaré en casa, se dejó comer tanquilamente (12,50€).
- Postres correctos, una tarta de manzana y una degustación para dos personas, qu eno estaban mal.

En total, 170 € de 5 personas, que por un lado y teniendo en cuenta que al no ser demasiado comedores, cogimos 3 entrantes a compartir, y 4 raciones de segundo, y 3 de postre, puede parecer caro para el tipo de restauración que es (35€ por barba), si tenemos en cuenta que hubo mucho chorreo (2 botellas de vino, cervezas nada más llegar para todos, una copa, cafés, aguas varias), pues el precio es un tanto más normal, lástima que a comida tampoco estuviese a la altura.

Pues desgraciadamente, seguimos en Zaragoza sin tener, que yo conozca, un restaurante especalizado en arroces, o por lo menos que además de tener una cierta calidad, no aporten además la suficiente variedad. Y mira que a pesar de ser una franquicia, parecía que Tapelia podía corregir éso, pero desgraciadamente, no es así.

El detalle anecdótico : La camarera que nos atendió era clavadita en joven a Alicia Borrachero, y no dejó pasar un plato sin preguntarnos si nos habia gustado.
El detalle positivo : Estoy hasta los mísmisimos de que no haya IVA en las cartas, cuando estoy seguro de que el 75% de los usuarios de restaurantes, somos consumidores finales, con lo que el IVA no lo compensamos por ningún lado, y sale de nuestros bolsillos, sólo falta ir a comprar el pan, y que te digan que la barra vale 32 cts + IVA, cosa qu eno ocurre en Tapelia, y todos los precios vienen con su IVA correspondiente.