Un comedor de dimensiones considerables con un montón de mesas de buen tamaño, cuando llegamos a las 13,45 no había ninguna mesa ocupada, no pudimos reservar previamente porque no funcionaba el teléfono, en la fonda ni se habían enterado, dijeron que seguramente era debido a las fuertes tormentas que días antes habían caído en la zona.
Sábado al mediodía y sólo disponen de menú de fin de semana a un precio de 22 € incluyendo agua, vino y postre, siete opciones para los primeros y seis para los segundos.
El postre hay que pedirlo al efectuar la comanda.
Pedimos verduras de temporada a la brasa de carbón con salsa romesco y mejillones al vapor de segundos careta de cerdo rustida al horno a la mostaza en grano y muselina de patata y redondo de ternera guisada con setas de temporada, dos clásicos guisos de la cocina tradicional catalana bien ejecutados.
Siendo platos con salsa el servicio de pan era una sola rebanada por lo que teníamos que reclamar constantemente su reposición.
Los postres, tiramisú y flan de coco y vainilla.
Una botella de agua de un litro y una botella de vino tinto de la D.O. Catalunya Clos Primat acorde con el precio del menú que fué descorchada en la mesa
Dos cafés.
Servicio a cargo de un camarero que seguramente trabaja a disgusto y no tiene ninguna empatia con los clientes.
Al terminar la comida sólo dos mesas más fueron ocupadas, total seis comensales en este servicio, posiblemente algo falla.
La relación calidad precio es buena.
De camino al aeropuerto de Barcelona, nos paramos como otras veces cuando vamos hacia el sur, en la Fonda Montseny para degustar la cocina de Josep Muniesa.
En esta ocasión decidimos tomar el menú diario a 15 € y no nos equivocamos. Antes este menú se servia en la cafeteria-bistrot, ahora se sirve en la sala principal del restaurante, lo que quiere decir mesas bien preparadas, buena vajilla, buenas copas...
Se puede escoger entre diferentes primeros, segundos y postres. Mi esposa de primero tomó alcachofas frescas en salsa y jamón ibérico con almendras tostadas, muy rico. Yo de primero tomé un trinxat de col y garbanzos con tocino y butifarra negra, copioso y muy bueno.
Seguimos, mi esposa con unas manitas de cerdo pre-desosadas con berenjenas a la romana , bueno, y yo con un codillo con muselina de patata, el codillo estaba muy bueno pero la muselina algo fría.
De postre tomamos, mi esposa una torrija de coco con helado de vainilla y crema inglesa, buena, y yo una de las especialidades de la casa: Buñuelos crujientes de pasta de hojaldre rellenos de crema con un helado de chocolate, muy bueno.
Acompañamos la comida, con una jarra de vino tinto del Penedès (incluida en el menú), correcto y con una jarra de agua.
Terminamos con dos cafés. RCP excelente.
Precio por persona : 16,10 €
Volveremos como cada vez cuando pasamos cerca.
Desde el 2006, Josep Muniesa, ex chef durante muchos años del Via Veneto, oficia en casa propia : la Fonda Montseny. Y hace lo que realmente sabe hacer, la cocina clásica de toda la vida, honrada y ajustada de precios. Aqui no hay innovación, se sabe a lo que se va y raramente uno puede salir decepcionado. Comedor algo desangelado, en cuanto a decoración, bien vestido, vajilla de buen gusto y cristaleria adecuada.
Comimos de la carta, aunque tiene los dias entre semana un buen menú a 25 euros.La carta tiene platos de caza : perdiz, liebre a la "royale", lomo de gamo..
Nos trajo unos snacks apreciables : un chupito de bloody mary, en el que sustituyó el vodka por un poco de vermut y fino, de sabor muy agradable, un sashimi de salmón, unos crujientes de escalivada y un tazón mini de escudella con galets.
De entrantes compartimos unos erizos gratinados, potentes y sabrosos.
Y una ensalada tibia de vieiras con algo de romesco. Coccion perfecta.
De plato fuerte un rabo de buey deshuesado, que llevada de guarnición unos macarrones a la crema. Sensacional. Muy equilibrado.
Y unos excelentes pies de cerdo deshuesados con espardenyas. Impresionantes.
De postre compartimos un canutillo de crema de limon con helado de chocolate negro. Muy bueno.
Buen cafe y petit fours (un macarrón de pistacho y una trufa).
Carta de vinos corta y algo desigual. Nos tomamos un Terrasses de 2009. Cumplio su función, su precio fue de 33.00 €. Servicio atento, a pesar de no dejar la botella en la mesa, siempre tuve vino en la copa, como debe ser.
Despues de un paseo matinal para ver un Montseny otoñal, esta comida fue un glorioso colofon...
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Muy recomendable.
cena 4 personas y menu degustacion. de entrada 4 entretenimientos tipo cuchara.luego tartar de atun muy bueno,risoto bien, rape con cocochas muy bien y solomillo normal. carta de vinos minuscula solo 5 denominacines,tomamos un priorat onix muy bueno ,tuve que pedir que me lo enfriaran un poquito ,sin ningun problema,servicio muy bien y cristaleria tipo riedel .conclusion buen restaurante pero poco imnovador es un menu que hace 6 años ya lo hacian muchos
Nos decidimos por visitar este restaurante en Breda porque leimos que desde hacia 3 años lo regentava un antiguo cocinero del via veneto. Ya ibamos advertidos de que la decoracion era su punto debil, y si, lo es, pero la comida compensó. Servicio esmerado, carta de vinos justita pero los platos (muchos) eran originales y generosos. Nos saludaron con dos tipos de snacks buenísimos, un gazpacho y un aperitivo de caracoles con queso, de primero pedimos ensalada de alcachofas y ensalada de vieiras (4 unidades), de segundo plato filete de buey al oporto con mil hojas de foie y butifarra, y super llenos no nos atrevimos a pedir postres. Con los cafes nos sirvieron unos petit fours riquísimos y de vino pedimos un Penedes, Rovellats, que nos sorprendio gratamente. Volveremos.