Restaurante de un hotel con el mismo nombre con decoración un poco pasada de moda , en particular el jardín anexo, mas propia de una sala de fiestas de los años 60 que de lo actual, con una bolas enormes naranjas que hacen de iluminación.
Cubertería, cristalería, entelerida y vajilla aceptables para su precio, con una buena separación entre las mesas.

Comida muy tradicional francesa que , dado que tiene una estrella de la guia Michelin, no estuvo a la altura de lo esperado ni mucho menos.Dado que no nos convencian los menus , nos decidimos por la carta.
Como entrante de la casa , lo que ellos llaman crema de melon , que no es sino melon batido lisa y llanamente. De primero tomamos foie poele que no seducia ni por bueno ni por malo. De segundos salmonete en papillote con verduras aceptable y , esta vez si, exquisitas mollejas de ternera con salsa de setas.
Como prepostre , ridiculo plato de quesos de calidad media-baja prseleccionados por ellos, sin opcion a carro donde tu lo escoges.
De postre sopa de fresas muy nornal.
Los petit fours del cafe los mismos que hacian antes del Mayo del 68.
Servicio de sala distante, frio y perdonavidas por parte del jefe de sala. Poco profesional . Como ejemplo le tuve que pedir tres veces que nos sirviera las copas de Monbazillac para el foie, mientras paseaba por la sala con la botella en la mano sin saber que hacer.
El servicio por parte de la camarera voluntarioso , pero se notaba mucho que estaba en precticas.
Servicio de vino inexistente . Se limitan a descorchar y dejar la botella. Carta de vinos extensa , pero ficticia. Las tres primeras refrencias solicitadas estaban agotadas .
En resumen, estrella Michelin regalada . En españa hay infinidad de restaurantes que los sesudos inspectores no consideran subsidiarios de este galardon que le dan cien vueltas a éste restaurante.
Lo unico que tiene de estrella es el precio, bueno, y las mollejas.
El precio es sin vinos