Cada vez mejor

Bueno,lo primero para aclarar el último post, efectivamente Maria de Luna está desde hace un año más o menos en el Hotel Martin el Humano, propiedad de la misma familia. Está ubicado en la calle Fray Bonifacio Ferrer,7 (dos calles más arriba de donde estaba), los teléfonos son los mismos. El restaurante ocupa el claustro de un antiguo convento, que es una preciosidad: luminoso (en el comedor interior menos) tranquilo y espacioso:un lujo de ambiente.

Vaya por delante que soy cliente (y un poco amigo) de la familia desde hace más de 10 años que empecé a ir con mi esposa e hijo al primer Maria de Luna, sólo restaurante y salón de eventos,que luego pasaron al Hotel Maria de Luna y ahora a Martin el Humano. No he dejado de ir asiduamente desde entonces porque la RCP y sobre todo, el trato ha sido inmejorable. Digo esto porque nadie piense que mi comentario es parcial: si llevo tantos años yendo es, como en otros sitios, por lo que he recibido siempre, desde el primer día.

Domingo pasado, estaban ofreciendo las Jornadas Gastronómicas Alto Palancia y, conociendo la mano de Javier Simón, que es un chef del que se hablará más, pues nos decidimos por el menú. Dos cervecitas de presión, buenas como siempre, con un aperitivo.
- Milhojas de pato y manzana ácida con frutos rojos: el pato deshuesado y desmigado, muy bueno.
- Alcachofa flor de invierno: una alcachofa hervida con su tallo (sabroso) sobre una cama de salsa de pescado muy suave, con gambita y calamar. Muy sabrosa y buen contraste.
- Degustación de Olla segorbina: como la he tomado como plato muchas veces, puedo decir que era una degustación igual de la Olla de siempre, sólo que en ración menor. Exquisita, suave pero con sabor y servida en unas miniaturas de olla "Le Creuset" muy vistosas. La bordan.
- Lomo de lubina sobre sanfaina de verduritas y mejillones: perfecta de cocción y muy buena
- Carre de cordero, patatas revolconas y cebollitas asadas: el carré sabrosísimo, de tamaño lechal y las patatas, una especie de patatas bravas de corte pero con el adobo y sabor de las revolconas.
-Torrija con helado de canela: casi nunca tomo postre, pero esta vez no me arrepentí: una torrija grande, crujiente por fuera y jugosa en su interior. Muy buena
VINO: el menú incluía dos vinos (a elegir) de la zona. Opté por Odisea, que ya lo conocía de unas Jornadas de setas, roble 2011, más que correcto y que maridó muy bien con este menú.
Dos cafés y un malta: 34 € persona + IVA (el malta lo cobraron aparte, 6,50 € + IVA)

Al margen de estas Jornadas, conozco muy bien el restaurante y la carta; ofrecen una cocina sencilla,sorprendente, basada en el producto pero no exenta de imaginación. Y el trato, con Ana al frente de la sala y Greg a su lado, es muy cálido. Con diferencia, es el mejor restaurante de la zona. A mon avis.

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