Me parece un lugar curioso, en el que comparten espacio unas mesas

Me parece un lugar curioso, en el que comparten espacio unas mesas interiores, cercanas a una barra de bar, bastante juntas, rodeadas de cuadros con luz algo insuficiente, para mi de ambiente recargado, con otras mesas más exteriores cercanas a una desangelada carpintería metálica. Servicio joven, muy amable y profesional. Variados panes excelentes, creo que hechos allí. Comida bien tratada, cappellacci a la val d’Aosta y esnalada tibia excelentes, pescado bien tratado y postres deliciosos. El tema del vino no fue de mi agrado, creo que las copas son poco adecuadas, y aunque acerté con un Dolcetto d’Alba excelente a 26 euros, cuando el propietario me preguntó por el vino le hice notar que me costó mucho encontrar uno a un precio aceptable para mi, y ese comentario no le gustó nada, me replicó, no aceptó mi "crítica". Pues bien., es mi opinión personal: la carta de vinos no es equilibrada. Hay pocos vinos españoles, la gran mayoría Riojas, y los vinos italianos, en su gran mayoría, superan los 50 euros. Repito que es MI opinión. Para mi, la oferta de vinos no es adecuada, por mucho que eso moleste al Sr. Giorgio. Precio sin el vino, unos 50 euros por persona.

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