Dándose un paseíto de aproximadamente 15 minutos desde nuestro hotel por un agradable paseo marítimo, se llega al antiguo pueblo de pescadores de Alcalá y en su plaza, dándole la espalda al océano, se encuentra el restaurante Lúpulo, en el que habíamos reservado una mesa el domingo 06 de mayo a las 20h30.

Antes de empezar mi crónica, quiero hacer hincapié en que he estado a punto de no publicarla, ya que durante la cena no anoté el nombre de ningún plato del menú degustación, que nos fue cantado, ya que la jefa de sala y esposa del chef Selene Jarvio, me prometió que iba a enviarme el menú con todo detalle por mail. No lo ha hecho y eso a pesar de que se lo he solicitado dos veces mas. En un restaurante llamémosle normal, dada la conducta poco seria de esta persona no hubiese hecho el comentario pero en este caso dada la calidad de la cocina que elabora su marido, el joven chef de 31 años Walter Fumero, no me lo he planteado así y paso pues a hacer un comentario un poco ligero, con poca profundidad en el enunciado de los platos y sus componentes, pero intentando enfatizar la calidad de la cocina.

El restaurante es pequeño, debe tener una capacidad para unas 45 personas aproximadamente, es acogedor y esta bien aprovechado, con la cocina a la vista al fondo de la sala donde Walter Fumero, ayudado por dos otros cocineros elabora una cocina de vanguardia, de autor, donde las raíces de su terruño canario se entremezclan con las especias de la cocina mexicana (país de su esposa) dando lugar a una excelente cocina de fusión.

El Chef, estudió en el Taller de cocina de Adeje, pero sus primeros pasos los dió en la Peninsula Ibérica, en Valladolid, en el restaurante Ramiro's, antes de partir a Puerto Rico y después à México, al restaurante Tezka de Juan Maria Arzak . Volvió a la península y trabajo junto a Andrés Madrigal en el Bistro Madrigal de Madrid para finalmente volver a Tenerife y crear su restaurante Lúpulo.

Hecho este corto flash sobre el CV del chef, sigo con la descripción de la sala, bastante minimalista, con los muros en tonos rojizos, mesas y sillas son de madera, tradicionales, las primeras son amplias, están bien vestidas y bien separadas las unas de las otras, buena vajilla, cubertería y copas apropiadas. El servicio de sala fue bueno, llevado a cabo por la esposa del Chef y una camarera. El servicio del vino también, descorche, primera cata y seguimiento del servicio durante la cena. Carta poco amplia y pocos vinos blancos canarios.

Proponen carta y menú degustación. Optamos como he dicho anteriormente por este último.

Comenzamos con una degustación de

Tapenade de olivas verdes y negras, mantequillas de lavanda, tomate, cilantro y sal con especias mexicanas

Siguieron :

Un plato a base de bacalao

Guacamole con atún, crujiente de piel de cerdo y tomate 

Carpaccio de ternera con sardina ahumada, queso y salsa picante

Mejillones en salsa ...

Ravioli de gambas ...

Las fotos de los siguientes platos, dado que en Verema solo pueden cargarse seis, aparecen en el primer comentario.

Cherne con rábanos encurtidos, manzana...

Ternera a la mexicana con papas y chiles chipotle

De postres tomamos :

Limón, crema, hielo ...

Tarta con helado ...

El pan que acompañó la comida estuvo a la altura del menú, que fue tanto a nivel de la presentación de los platos como de las texturas y combinaciones de sabores y calidad de los productos (procedentes la zona) de muy buen nivel. Siento no haber podido enumerar y describir como habitualmente cada plato, pero ya os he explicado el porque en mi introducción.

Para beber tomamos una botella de agua grande y una botella de vino blanco crianza SAARET 2016 Malvasia aromática D.O. La Palma. Bodegas SAARET. Vino blanco seco elaborado por Carlos Lozano de viñedos situados en la ceniza de la última erupción del volcán Teneguía. Crianza de 7 meses en cubas de acero inoxidable. Vino dorado pálido, muy bien estructurado, fresco y largo en boca con mucha personalidad. Nos encantó.

Finalizamos con dos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 66,50 €/persona. Muy buena RCP. Tuve la ocasión de hablar después de la cena con el Chef y me pareció una persona comunicativa y llena de buenas ideas, que domina bien la técnica culinaria y que utiliza buenos productos frescos de proximidad. Aunque no estoy muy contento por la actitud poco seria de la jefa de sala en cuanto a la información que debía enviarme para efectuar el comentario, ello no impedirá que volvamos a visitarles cuando estemos por esa zona de Tenerife y esa vez será para comer a la carta. Recomendable.

El lúpulo ha cambiado de propietarios y ha cambiado radicalmente de línea.
El montaje de la sala es correcto. El personal diligente y amable.
La cocina es lo soprendente en este nuevo lúpulo, nosotros nos decantamos por un menú degustación que en nuestro caso consistió en: Tartar de atún con guacamole y manzana -estaba delicioso, cortado a cuchillo y perfecto en su elaboración-, Micuit Foie con higos pasados y mermelada de zanahoria y jamón de pato curado en la casa con reducción de Px -muy muy bueno, el micuit delicioso y el jamón nada seco ni salado, muy bueno-, Crema de Tubérculos con bacalao y chips de papa -la crema con un sabor delicioso y el bacalao muy bueno-, Medregal con zanahorias, puré de papas y salsa e pimientos -punto del pescado perfecto, cintas de zanahorias deliciosas, puré de verdad y salsa riquísima-, Jarrete de cordero con verduritas al dente y su jugo -deliciosisismo-, Semifrio de caramelo con fruta de la pasión -muy buena combinación de sabores-. Panes muy ricos, de tomate y acetiunas negras acompañados de aceite de pimentón, aceite de albahaca y tapenade de aceitunas negras. Todo por 30€ + IGIC.

La carta de vinos quizá es el único pero para mí de este restaurante actualmente, espero que con el tiempo de solucionará debido a la presencia casi inexistente de vinos de Canarias, precio x1.5-2 tienda.

En fin un nuevo referente en el sur de la isla a tener en cuenta por la calidad de su cocina, la estupenda presentación y su buena RCP. Volveremos

Situado en la plaza de Alcalá. Bonita decoración en estilo neorústico. Montaje de mesas sencillo pero con bonita vajilla y buenas copas. En sala Jaime, un magnífico maitre que está pendiente de que todo esté a gusto del cliente, además es un gran conocedor del mundo del vino. Cocina clásica con buen producto, arroz con verduras, alcachofas y setas, croquetas de las de verdad –langostinos, jamón y bacalao-, solomillo con guarnición de verduras….todo delicioso. Carta de vinos extensa y muchas sugerencias fuera de carta, es recomendable dejar que Jaime les aconseje. Precio del vino muy ajustados y magnífica RCP. Sala de NO FUMADORES y dos mesas en la terraza de la calle. Un sitio a tener en cuenta y por supuesto para volver.