Buenos productos de la zona ( tiene el mercado de abastos en frente), mediocre cocina ( buen atún en escabeche arruinado por el exceso de pimentón o gruesas albóndigas de carne rehogadas en tomate de lata, insípida sangre encebollada) y clientela fumando descaradamente ante el beneplácito de los dueños.
Aunque si tenemos en cuenta que el bar lo preside un retrato de Franco (sí, ese, el "generalísimo") presumiendo que con él se podía fumar en todos los sitios, pues no extraña, ¿verdad?. Y aquí no acaba la iconografía de "tan afamado caudillo" en el local: botellas con su cara, figurilla de barro vestido de militar, etc.
En fin, humo más Franco, precio demasiado alto por tan mediocre cocina.

Es uno de los bares con mas solera de El Puerto, mas de 50 años lo avalan. Solo diciendo que se ubica frente a la plaza del Puerto, ya sobra la idea sobre la calidad de su materia prima pescados y verduras todas de temporada. Tomates exquisitos de su propia huerta, cariñosamente aliñados con sus especias compradas por el mismo al " morito " en Maruuecos. Antonio y su señora, son los artifices de lo que es veraderamente la cocina de mercado, productos frescos con poca manipulacion, pescados fresquisimos y sus demandados caracoles. Excepcional trato al atun de temporada, en marmitako, encebollado, a la plancha. Los vinos, pues que decir. Tiene detras de la barra todos las marcas habidas y por haber de las bodegas de la zona, pero si pides vino, te pondra el suyo, el que cria en unas botas en su casa. Un delicioso y natural fino en rama que quita el sentido, desprendiendo aromas a mar, salinas, esteros y amistad. Sinceramente, lo mejor de la cocina con la mejor conversacion. Una pena descubrirlo a estas alturas, pero mas vale tarde que nunca. Mil gracias a mis amigos que me llevaron. Nos vemos alli siempre.