Se suponía que iba a ser una comida de sábado con colegas y a disfrutar de una buena paella. Lo primero a destacar es el pestuzo a alcantarilla del local. El local, vacío. En toda la tarde solo estuvimos nosotros.
La carta de vino escueta, y solo vinos valencianos. Y que justo, el que pedimos no lo tienen, asi que nos recomiendan otro.
El servicio, hay que decirlo, correcto. Los dos únicos camareros que habían estuvieron a nuestra disposición.
El disgusto vino con la cuenta. Nos clavaron 68 € por cabeza, y solo tomamos unas cocretas, unas vieiras, un par de ensaldas, la paella, 2 de vino, cervezas y 4 cubatas (éramos 9). La clavada vino con el postre. No queríamos postre y nos ofrecieron un plato de degustación en el mediod de la mesa. Por dos platitos nos clavaron 58 €. Un robo, ya que se quedó todo en la mesa.
No volveré y espero que quien lo haga, advertido por estas líneas, tenga cuidado y pregunte en todo momento si no quiere sorpresas.
Auguro que en breve este local cerrará sus puertas.
La verdad es que tu comentario sólo confirma los anteriores. Realmente conviene echar un vistazo a Verema antes de ir a un restaurante. Además si miras los comentarios a este local salvo algunos del principio que despiden un terrible tufo a spam todos los demás son negativos.
Aún no lo había comentado, pero fuí el año pasado cuando hicieron lo de CUINA OBERTA y me quedé decepcionadísimo.
Coincido con que los tiempos de espera eran absurdamente largos (sobre todo en un menú cerrado), independientemente de como fuese la cocina.
Obviamente, tampoco volveré.
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