Una sorpresa agradable

De regreso de las Ruinas celtíbero-romanas de Contrebia-Leukade, nos encontramos con este pequeño restaurante del Hotel Rural Cervera.
El comedor está enclavado en una cueva, con la roca vista, por lo que el local es una mezcla de sensaciones sobrecogedoras, encanto, y por supuesto muy acogedor y hasta romántico gracias al buen gusto por el uso de luces indirectas y a las mesas vestidas como las de un restaurante minimalista (perfecto el equilibrio entre naturaleza e intrusión humana). Separación entre mesas (una 12) suficiente.
Servicio atento por parte del camarero. Entramos a las 15:30 y no pusieron mala cara.
Carta basada en productos de la zona más que suficiente.
No hay detalles ni antes ni después.
Comida para 3pax:
Entrantes (escalonados como les pedimos, e incluso cambiando platos):
Croquetas caseras (muy ricas)
Menestra de verduras (en este caso echando mano de conservas)
Revuelto de boltus edulis (aceptable)
Segundos:
Dos entrecotes de ternera con salsa de roquefort
Un solomillo de ternera con puré de castañas
En ambos casos soberbia la carne (procede, según nos contaron, de Navarra). Tierna, sabrosa y perfectos los puntos de la carne. De verdad que geniales. Lástima que los entrantes y postre no estuvieran a la altura de la carne. Si no la nota hubiera sido de notable.
Postres:
2 de leche frita (solo aceptable)
Vinos: Una pena. Pocos y comerciales. Preferimos en este caso no pedir (también porque retornábamos a casa a continuación). Bebimos una botella de agua y un refresco.

Precio total (105€ inc. IVA)

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar