Sin la calidad suficiente para justificar su precio.
Restaurante vasco-navarro de concepto gastronómico muy tradicional: ambiente elegante, elaboraciones sencillas y en donde la calidad de la materia prima es la que manda. Una filosofía muy válida, pero que en este caso no acaba de cuajar.
El local es amplio, agradable y tranquilo; mesas de buenas dimensiones y vajilla cuidada; como antes decía de ambiente elegante.
El servicio es simplemente correcto, sin más; aunque a un restaurante del nivel que a este se le supone debería tener personal más cualificado y con más conocimientos de hostelería. Sus camareros cometen fallos inapropiados para el lugar.
En su cocina, vasca-tradicional, trata de no aderezar en exceso los platos para dejar el protagonismo a su "materia prima de alta calidad". Pero el no atinar a la perfección en los puntos de elaboración y la falta de excelencia en la calidad del producto (no es mala calidad, ni mucho menos, pero se espera más al ver los precios de los platos), hacen de Imanol un restaurante sólo correcto, y en donde la cuenta acaba resultando cara para lo que te dan.
Su carta de vinos está bien surtida en cuanto a D.O., predominanado referencias clásicas, aunque también incorporando otras algo más novedosas; eso sí, algo pasada de precio. Y en cuanto al servicio del vino, bastante flojito para un lugar de "alta gama".
En definitiva, un restaurante que sería interesante con precios más moderados; pero que al no ser así, su relación calidad-precio se queda en insuficiente.
No quisiera extenderme demasiado, pero si quereis una opinión más detallada podeis verla en http://gastronomodesaparecido.wordpress.com/