Sobresale en medio de restaurantes para turistas

Está situado en el paseo marítimo en Playa Blanca, tiene un cierto toque de distinción en medio de los típicos restaurantes para turistas, debido a su decoración, tanto en la terraza como en el interior, destaca el esqueleto de un barco colgado en el techo, está muy bien. También música en vivo, suave acompañanado bien la velada.

Cenamos en la terraza oyendo el ruido de las olas romper, no estuvo mal. Tampoco es que hubiese un gran tráfico de personas paseando por el paseo marítimo, eso ayudó.

De primeros Ensalada de aguacate con salmón y langostinos, normal, al aguacate le faltaba un punto de madurez, el sabor en general del conjunto de la ensalada no destacaba mucho. También unos pulpitos asados, el pulpo (de tamaño medio) estaba bueno, buena materia prima, acompañado de unas patatas, malas, pasadas, y con una salsa de ajo, aceite y perejil, algo escasa, un poco mas hubiese estado mejor.

De segundos, Habitas con jamón y tacos de foie, lo mejor de la noche, muy bueno y también un solomillo strogonoff, normalito, podria haber pedido otra cosa.

Vinos, carta sencilla, copas muy mejorables, el vino servido a temperatura, tomamos un Ramon Bilbao (16€).