Mucho ruido y pocas nueces

Coincido con Esparta en todo. Nuestra visita a la Tana a principios de verano no superó las expectativas. Un caldero mediocre con una base (me refiero al caldo) casi quemada. Nada relevante en los postres que no pasan del tipico arroz con leche, helado y poco más.
Tanta prisa en el ambiente, tanto sudor en la frente de los camareros, tan cara la cuenta que sales pitando para no volver nunca más.

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