El señor de las carnes.

Como bien dice el comentario anterior, restaurante situado en un pueblo cerca de La Bañeza sin ningun encanto en particular.
De arquitectura similar a las cuevas-bodega de Valdevimbre.
Recibimiento a la puerta, que da la casualidad que es la propia cocina, donde tienen espuestos los chuleteros y se ve la parrilla y las pilas de leña.
Comedor tipo cueva con varias estancias excavadas en la arcilla, mesas de madera en plan rustico, vajilla y cuberteria correcta y cristaleria Riedel.
Para compartir pedimos una ensalada mixta 7.5€, con buena variedad y de gran tamaño y un revuelto de boletus 9€, muy rico, grandes trozos de boletus y de gran sabor y de segundo el plato estrella de la casa, chuleton de buey a 70 €urazos el kilo, en este caso pesando 1,400kg se nos fue a un precio de 98€, primero te lo presentan en crudo y posteriormente aparece en escena el dueño, Jose Gordon, todo un profesional de la carne, con una gran destreza te filetea el chuleton en varios cortes sin desaprovechar un gramo de carne, eso si, entre hueso y grasa se genera bastante desperdicio que has pagado a precio de oro, pero la carne que queda lo vale con creces, puro sabor, pura mantequilla, gran infiltracion de grasa en la carne, el extasis de los carnivoros.
La carta de vinos es amplia, centrandose sobre todo en las denominaciones de Castilla y Leon y Rioja, aunque haciendo mencion a muchas otras DO españolas y algun que otro vino internacional, precios no muy grabados, elegimos un Marta Cibelina 07 a 21€, buen vino servido correctamente.
Terminamos con unos cafes y unos chupitos de orujo de cafe (dejandote la botella para que te sirvas los que quieras), muy ricos e invitacion de la casa.
Si eres amante de la carne, al menos merece la pena una visita.