Pequeña, coqueta y acogedora es esta deliciosa opción de la zona noroeste madrileña en donde prima cierto interés por cuidar detalles olvidados en muchos sitios...esas croquetas de espinacas o cabrales nada empalagosas ni pastosas, o las tablas de múltiples quesos, buenos raviolis (aunque mejorable el relleno de foie), lomos de salmón marinado realmente deliciosos y bacalao a la brasa con salmorejo bien resuelto. Las carnes se nos escaparon esta vez, por lo que habrá que volver. Atractiva carta de vinos y de destilados y buenas copas.
Enclavado en el centro de Torrelodones, encontramos este pequeño rincón, donde su calidez y el esmero con el que tratan al cliente nos hará pasar una agradable velada gastronómica.
Presenta una cocina casera muy cuidada a unos precios bastante ajustados. Destaca también su carta de quesos (unos 20 de diferentes lugares), su amplia carta de vinos (tocando muy variadas D.O. y con un buen surtido de referencias de diferentes cortes), y su surtido de destilados, entre ellos una carta de whiskys más que interesante.
Cocina sincera y buen materia prima, que unida al exquisito trato al cliente hacen que la visita a esta pequeña casa se convierta en indudable recomendación de este humilde gastrónomo.
No quisiera extenderme demasiado, pero si quereis una opinión más detallada podeis verla en http://gastronomodesaparecido.wordpress.com/
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