Restaurante Alejandro del Toro en Valencia
Restaurante Alejandro del Toro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
22,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche y Lunes todo el día
Nota de cata PRECIO MEDIO:
48 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Chocolates y Frambuesa
Bacalao Asado con Titaina de Centolla y Cocochas
Ravioli de Gamba y Acelga
Arroz meloso de Carabineros
Mini hamburguesas de rabo de toro
Buñuelos de camarón con mermelada de tomate y all i oli
leche merengada, horchata y farton
meloso de carabineros
mini hamburguesa de rabo de toro
Chocolate dessert
Rice with mushrooms and langoustines
Prawns and avocado
con su piel crujiente
carro infusiones naturales
bandeja de aceites
Timbal de setas de temporada con huevo a baja temperatura y jamón ibérico
Royal de alcachofa de Benicarló con tempura de ostra y jamón de bellota
Opiniones de Alejandro del Toro
OPINIONES
93

Local con mesas de buen tamaño y bien espaciadas. La decoración algo fría y en consonancia con el trato y el servicio, que aun siendo muy correcto, me pareció muy distante. Vajilla magnífica, así como mantelería y cubertería (los cuchillos me encantaron).
Lo mejor la comida. Tomamos el degustación gran Alejandro. Hubo combinaciones realmente interesantes y el nivel medio fue bastante alto. Lo que menos me gustó fue la sopa de queso con bogavante, en la que el queso predominaba demasiado, la clóchina con espárrago (pero porque soy poco amante de las clochinas) y la presa iberíca con falso tartar de patata, que sin estar nada mal, simplemente no sorprendía ni proponía nada llamativo. Muy bueno la sopa de melon con jamon y helado de yogurt griego, o el espectacular bacalao con ajoblanco o la vieira en escabeche con guacamole. El postre también estaba muy bueno, pero no lo recuerdo, era un bizcocho de pasas, una especie de sugus de frutos secos y helado. Muy satisfecho y cantidades adecuadas, pues acabas bastante lleno.
Sobre el vino... La carta en fichas no me gusta para nada. Muy incómoda. Y en general, poco sorprendente. Vistos los primeros 10 vinos, te puedes imaginar el resto. Muy pocos vinos blancos y prácticamente ninguno internacional. Los champagnes, demasiada casa grande, que no son los que mas me apetecen. Y los vinos dulces de postre... poca cosa por copas, puede que 6-7 vinos, pero poca variedad, todos nacionales, nada de Oporto, ni dulces botritizados . Había alguno mas por botella, pero no los miré demasiado. Supongo que lo de los vinos no se tiene demasiado en cuenta para la estrellita. Copas correctas. Buen surtido de licores. Incluso agua escocesa para el whisky de malta.
Te sacan una carta de cafés y te, que para mi gusto no lo era tal. Ya que no había tipos de café, si no combinados de café. El café espresso solo había de un tipo y no se indicaba, de todas formas, muy bueno el café.
Muchas gracias a Bodegas Sierra Norte y a Verema por la gran noche que nos brindaron.

Vaya, lo cierto es q cada vez q acudo a éste restaurante es una fiesta para mis sentidos, y desde la nueva ampliación todavía más, agradable trato (Yanet), excelente servicio, impresionantes vajilla y cubertería, pero sobretodo, la nota de creatividad combinada con una calidad suprema en sus platos,(todas las semanas cambian todos los platos del menú) hacen que comer sea todo un placer. Eso sí, Alejandro podría salir más a saludar a las mesas más de vez en cuando.

Restaurante con decoración moderna, entrada desapercibida (hay que pasar dos veces para encontrarla), mesas separadas, ambiente agradable, aunque algo frío, baño impresionante y para de contar.
Comida para dos personas, éramos cuatro mesas en todo el restaurante. Entramos a las 14.15 y salimos a las 17.40. Tomamos dos menús degustación Alejandro. Muy, pero que muy escasos de comida, eso sí, te hinchan a comer pan con "oli i sal". Cuando digo que te hinchas, es por que o te zampas 6 panes o pasas más hambre que garrufa. La comida buena sin nada destacable como para tener la estrellita dichosa (o quizás mi incultura culinaria no lo haya percibido). El precio CARISIMO (200,99 €) para dos personas con un finca villacreces de 31,34 € + IVA. La carta del vino incómoda y más rara que un perro verde. Lo mejor del restaurante la mujer de Alejandro, por lo demás ni fu ni fa, así que no creo que vuelva.

Local aséptico, aunque no frío. Gran separación entre mesas que le proporciona mucha intimidad. Servicio atento y diligente ejecutado por personal profesional, el inconveniente es que en algunos casos tienen dificultades con el idioma. En opción tres menús degustación con contenido sorpresa, dependiendo de los productos frescos del día. Buena materia prima. Excelente la ostra y el bogavante. Platos elaborados pero no sorprendentes. La carta de vinos es muy incomoda y no me gustó el sistema por muy innovador que parezca. El servicio del vino muy bueno, envinado decantador y copas (Rona). Buenos precios en los vinos. Sobre 100€ persona.

Se merece esta estrella michelin aunque el precio un poco subidito de tono.
Carta de vino perfecta es bueno estar aconsejado,con su correspondiente cristalería.
Optamos por los menús degustacion.

Caro, carísimo. Parece que la estrellita michelín ha incrementado los precios, ya que en apenas 2 años el menú degustación casi ha doblado el precio. Optamos por el menú Alejandro, que con el pan y vino se van a 90€ mínimo por cabeza, menos mal que pedimos El Perro Verde 2005 que vale 20€. Servicio de vino excelente, quizás demasiado bueno en ciertos vinos que no lo requieren. El menú está compuesto por 4 entrantes, 1 carne, 1 pescado y 1 postre, no te quedas con hambre, pero casi. La comida está muy buena y bien elaborada, pero no justifica el precio por dos motivos: matería prima de calidad sólo una gamba de Denia y tampoco se encuentra una excesiva elaboración detrás de cada plato, ningún plato me sorprendió. El pan de lo mejorcito, 7-8 tipos de pan distintos en el punto perfecto. Un detalle curioso es que no saquen ni snacks, ni petit fours a pesar de los 90€ mínimos que te tienes que dejar por cabeza.

Le viene un poco grande esa estrella Michelín, no tanto en la creación gastronómica como en el servicio.
En el menú degustación te podrías echar una siestecita entre plato y plato.
La ¿maitre? se permitió llevarle la contraria a un comensal dejandole en evidencia delante del resto de la mesa, que por cierto era muy concurrida. Eso no se puede hacer en un restaurante de categoría.
Sin embargo y como decía, la cocina es muy buena, como también lo es la bodega y cristalería.
Original, variada y, esta vez sí a la altura, la vajilla.
Soberbio el tema de puros: carta, presentación, encendido.
RCP desorbitada.

Buena cocina. Menú degustación excelente, sala confortable, bodega vista (está de moda) y regular servicio de los vinos, copas adecuadas, pero seleccionadas de forma arbitraria, desconocimiento casi total de los vinos que se sirven, y pésima selección de vinos en la carta. Hace falta una renovación urgente en esta carta de vinos, sobre todo si se quiere seguir manteniendo esa estrella.
Timidez excesiva de Alejandro y excesivo "desparpajo" en la chica que atiende la sala, que creo es su mujer.
Equilibrando sus roles y cambiando la carta de vinos, sería un local impecable.

Muy bueno el otro dia fui otra vez y me encanto,el local mucho mas amplio y moderno, yanet, muy amable y maja.Es alucinante como enciende los puros todo un espectaculo

Acudimos con intención de pedir a la carta y nos recomendo el menu degustación indicándonos que era totalmente sorpresa y si algún plato no nos gustaba nos lo cambiaba (no terminamos de entender muy bien el que no te digan lo que vás a comer pero al final optamos por él). Elegimos el más corto y la verdad que no nos defraudó: Ajoarriero con salmón noruego, gazpacho machego de liebre y conejo, gamba con percebes y huevas de trucha, carjillo de foie, dorada con guisantes, solomillo de buey con setas, y piña con coco y chocolate. La única pega que encontramos fue en el foie pues se les había colado alguna venita y tenía un sentir algo amargo, y los guisantes al no ser temporada, por lo demás todo bien. La carta de vinos poco práctica y fuera de lugar, parece un juego para niños o una "agenda" de teléf. o direcciones, y la bodega original y bien conservada, optamos por Segura Viudas y Santa Rosa . La vajilla muy originial y la cristalería con las marcas de moda. El personal muy atto. y al dueño "Alejandrito" le cuesta un poco salir de sus fogones (insistimos dos veces a su Sra.) pero bueno, tal vez tenga su explicación. Los aseos muy bien cuidados. Una estrella

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