Local sencillo de decoración minimalista reducida básicamente a una

Local sencillo de decoración minimalista reducida básicamente a una espectacular estantería con botellas de vino en la entrada del local. El espacio es quizás algo frío si no fuera por la música de fondo (generalmente muy buen jazz) que acostumbran a poner y que crea un ambiente algo más cálido. Personalmente me encanta la propuesta culinaria de este restaurante ya que entramos en un mundo de ensaladas varias (insisto: varias y variadas!), carpaccios muy recomendables y pescados marinados que ahora que nos adentramos en épocas de calor intenso apetecen particularmente. Cierto es que la carta es limitadita y les cuesta cambiar los platos, no obstante es una propuesta diferente sobretodo cuando estas empachado y cansado de comer siempre lo mismo. Referente al vino, se nota que les gusta y que tienen curiosidad e interés por descubrir cositas nuevas. En conclusión, el restaurante es agradable, mejor entre semana que un sábado, y los dos chavales ganan a ser conocidos.