49 años desde su apertura, este restaurante situado en el barrio barcelonés de Fort Pienc hoy copado por restaurantes y negocios de todo tipo regentados por ciudadanos de origen chino y que en los años 70 del siglo pasado estuvo en auge y fuera punto de peregrinación por la oferta gastronómica que allí se implantó, una importante cantidad de bares, restaurantes y sidrerias para degustar pintxos, platos de la cocina vasca, navarra y asturiana, Izarra es uno de los pocos que han logrado sobrevivir y sigue fiel ofreciendo el mismo tipo de cocina con productos de una excelente calidad muchos de ellos procedentes de los productores de origen está regentado por el hijo del fundador.
La decoración quiere simular un caserio a base de maderas de tonalidades oscuras, el local es muy luminoso puesto que ocupa una parte de una esquina del eixample, las mesas bien vestidas con mantel y sobremantel blanco, grandes servilletas también blancas, buenas copas y modernas piezas de loza.
Fue muy agradable reencontrarme con este restaurante después de muchos años sin haber estado, y transportarme a épocas pasadas.
Fui a comer con mi hijo con quien hacia demasiado tiempo que no lo hacia, la distancia física que nos separa y la celeridad con que pasan los dias no me lo habian permitido, compartimos los primeros y coincidimos en los segundos.
Nos habíamos decidido por lo que íbamos a pedir, pero cuando vino el propietario que atiende personalmente la sala y nos cantó los platos que ese dia tenia fuera carta, hicimos un cambio radical.
De aperitivo nos trajo
- Pintxo de txistorra y huevo de codorniz
Entrantes compartidos
- Tortilla de bacalao
- Alubias pochas estofadas con chorizo con las piparras servidas en un cuenco aparte, y emplatadas individualmente.
Segundos
- Espaldita de cabrito lechal al horno acompañada de patatas chip de elaboración propia.
Todos los platos estuvieron a un gran nivel.
No tomamos postre
Para beber una botella de agua de medio litro y una botella de Pago de Cirsus recomendado por el propietario acogido a la D.O.P. Pago Bolandin, cepaje cabernet sauvignon, syrha y merlot elaborado por Bodega Pago de Cirsus en Ablitas, Navarra, muy equilibrado y bien estructurado. El servicio fue el descorche, cata y algún servicio ocasional.
Terminamos con dos cafés y patxaran a discreción, el propietario lamentó tener que ofrecernos uno comercial y no el patxaran casero puesto que lo habia terminado y el nuevo no le llegará hasta el próximo mes.
En resumen un restaurante que ha permanecido fiel a sus principios y conseguirá llegar a sus 50 años gozando de una excelente salud, espero que no transcurran tanto años antes de volver a sentarme en sus mesas.
Pintxo de txistorra y huevo de codorniz
Tortilla de bacalao
Pochas estofadas
Espaldita de cabrito lechal
Vino Pago de Cirsus
Txupito de patxaran
Buen disfrute y en muy buena compañía. Me has traído buenos recuerdos pues estuve allí en la década de los 70. Buen chupito de patxaran ;-)
Un fuerte abrazo
Ressisstiréeee... que no es fácil 50 años de hostelería con las crisis que han habido, cambios generacionales de clientes y propietarios... Casi ná.
Sakludos
Los que quedan son verdaderos héroes.
Un fuerte abrazo
Este lo he sacado del baúl de los recuerdos jejeje
Un saludo
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