El local ya lo han descrito en otros comentarios. Bastante incomodo. Quiere ser fashión, pero no cuidan los detalles : la vajilla da pena, de lo descacarillada que está.
El restaurante a tope, con dos camareros, quizas uno de ellos sea el dueño, que se la paso hablando toda la noche con unos amigos y el otro chico, que no daba abasto.
La comida ? Algo de todo.
Un bikini de queso y trufa, insipido.
Unas croquetas que tenia buen sabor, pero llegaron todas despachurradas.
Tortilla de patatas poco jugosa
Spaguettis negros, bien.
Mejillones a la marinera con garbanzos muy ricos
Plato de quesos muy flojo
Steak tartar penoso con patatas fritas requemadas
De postre tomamos un buñuelo crujiente de tomate y queso. Bien.
Para beber tomamos un Guitián Godello. A 16,00 €.
Buena carta de vinos, aunque pienso que mal organizada y sucia por el uso. Para mi que se la hacen los de Vila Viniteca, pues muchos de los vinos recomendados, ellos son los distribuidores.
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