Solos ante el peligro

Fuimos el sábado pasado a comer un grupo de 7 amigos. No solemos ir a restaurantes de este presupuesto por lo que quizás esperábamos algo realmente especial. Lo primero que nos sorprendió fue encontrarnos totalmente solos en el restaurante ya que no hubo más comensales durante las 3 horas que estuvimos. Es más, en el restaurante Malbec que ocupa la sala contigua y mucho más amplia del mismo hotel, tampoco vimos a nadie.
Escogimos el menú degustación (55€ + iva) sin maridaje ya que por un presupuesto de 25 euros adicionales que cuesta este servicio, pudimos escoger variedad de vinos a nuestro gusto con un ahorro significativo.
Los tres entrantes eran prometedores en el aspecto y el nombre pero a la hora de la verdad sólo mereció especial mención una esferificación de vichyssoise. El resto del menú pasó sin gran cosa que destacar salvo el arroz con ossobuco y pepino de mar. El huerto era muy vistoso pero gastronómicamente eran hortalizas hervidas. Tanto el mero como el cerdo ibérico nos parecieron algo resecos. Y los postres, el primero era excepcional y el segundo, era sabroso pero incómodo para comer ya que el hojaldre no se partía con facilidad y no disponíamos de cuchillo de postre. Los petits fours del café sin más interés. Nos los sirvieron con tres hormigas que estuvieron acompañándonos durante el café (cosas de la primavera), pero ya habíamos tenido bastante proteína así que las dejamos en paz. La bodega es muy completa a precios esperables (tienda x 2) pero con algunas referencias de coste moderado y muy buen rendimiento. Tomamos Terras Gauda, seguimos con un monastrell de Alicante sorprendente por 15€ la botella y acabamos con un Bertha Lounge fantástico. El servicio atento y discreto. Lo encontramos caro para la percepción general que nos hemos llevado. Hay varios sitios que nos han gustado más a precios más competitivos.