Notable resulta éste restaurante ubicado en la misma calle y justo en la esquina antes de cruzar el rio llegando al Balneario de Puente Viesgo.
El local resulta amplio y está dividido en dos alturas con una decoración de diversos colores, en combinación con paredes de piedra y distancia entre mesas adecuada. Dispone de amplios ventanales con buenas vistas
Ofrece una amplia y selecta carta de pescados y mariscos frescos del Cantábrico, y una variada selección de carnes, con platos bien elaborados y una presentación más que correcta.
Las raciones excesivamente cumplidas tal y como corresponden a la zona.
Tuvimos la ocasión de degustar las rabas de calamar y las alcachofas con jamón como entrantes para seguir con unas cocochas al pil-pil en salsa verde que resultaron deliciosas, y chuletón de ternera realmente muy tierno y sabroso.
Por desgracia no pudimos probar por falta de tiempo alguno de los guisos caseros que ofrecen en la carta.
La reposteria mayoritariamente de elaboración casera.
La carta de vinos bastante tradicional con predominio de Riojas y Ribera del Duero, aunque tambien disponen de vinos con otras denominaciones de origen. Copas adecuadas para el vino.
El personal profesional y de trato muy amable.
Muy buena relación calidad precio.