Buena materia prima pero algo caro

Estuve ayer martes cenando con un amigo en esta taberna singular y aquí dejo mis impresiones.
El bar es curioso, mesas de metal, servilletas de papel, ningún lujo. Buen ambiente a pesar de ser martes de finales de julio.
El dueno muy simpático, enseguida nos dijo qué queríamos de beber y nos sentó en la única mesa que había libre.
Pedimos una botella de medio litro de tinto que, sin pedirlo, la introdujo en un cubo con hielos para enfriarlo.
Comimos sepionet (buenos), dos quesos muy curados (muy buenos) y tomate con atún y olivas (buenos). Sacó pan tostado con aceite.
El sepionet lo cobra por persona y el queso también, por lo que multiplicó por dos el precio de la ración.
Probamos la tarta de almendras con zanahoria (buena) y nos ofrecieron dos chupitos en vaso de chocolate que pensábamos que eran un detalles de la casa y luego los metieron en la factura.
Pues bien, salimos a 24 euros cada uno, un poco caro pese a ser producto de buena calidad pero solo una de las raciones era cocinada, lo demás era cortar y emplatar.