Cocina muy elaborada. Pero defrauda la relación calidad-precio-servicio. A

Cocina muy elaborada. Pero defrauda la relación calidad-precio-servicio. A pesar de las pocas mesas hay demasiado tiempo de espera entre platos. Quizá por la excesiva elaboración de los platos y el poco personal de la cocina, ya que lo suele llevar todo José y, como todo genio, su temperamento supera a veces a su timidez. El servicio ahora no está a la altura de la cocina, aunque han tenido buen personal anteriormente. La chica, Eli, muy profesional y casi recién casada con José, nadie mejor a su lado, pero no adecuada para atender al público, nada de simpatía y muy seca en el trato, quizá por timidez, al final te quedas esperando indefinidamente ese panecillo que te faltaba, esa estupenda cerveza que pediste y que tienes que volver a pedir. Algo insólito en un local tan bonito y acogedor, pero en mi experiencia, puedes estar un buen rato esperando el siguiente plato sin que nadie se acerque para ver si falta algo, con lo que pones cara de poket ante tus invitados. En fin, buena cocina, un local precioso y un pésimo servicio que no justifica el rato que tardas en encontrar aparcamiento.