Pues va a mejor

Después de varios años y como nos gustan mucho las pizzas hechas con cariño, nos acercamos a este diminuto restaurante que como siempre estaba lleno hasta la bandera y con gente esperando (no hacen reservas).

La carta se ha hecho algo más ambiciosa ofertando atún de almadraba (¿?) en diferentes elaboraciones (por ejemplo, carpaccio). Toda la pasta es fresca y casera. Las pizzas con la masa fina y crujientita.

Cenamos de nuevo en su terraza disfrutando de la buena temperatura y del servicio tan atento.

Para tres personas:

- Carpaccio de ternera: Bien cortado pero algo anodino de sabor. Presentado con abundante rúcula y lascas de parmesano reggiano. Aderezado solo con vinagre balsámico demasiado suave.

- Canelloni sobre salsa de trufa: Una novedad de este verano y con mucho tirón. Tres unidades, para nada pesados, rellenos de carillera de ternera, cerdo y foie. Muy buenos, sí señor.

- Lasagna al forno: Con láminas de pasta fresca, carne picada de ternera y una bechamel muy suave.

- Pizza capricciosa: Tomate, mozzarella, champiñones, alcachofas, anchoas, alcaparras, olivas negras, prosciutto. Buen nivel

- Pizza siciliana: Tomate, mozzarella, anchoas, olivas negras, alcaparras, cebolla, pimientos, guindilla, orégano. Buen nivel.

- Tiramisú: No demasiado cremoso pero excelente sabor. Los ingredientes clásicos se hacen patentes sin destacar ninguno por encima de los demás.

Apenas hay servicio del vino, aunque han añadido algún italiano de diferentes zonas. Me convencieron que probara un sangiovese de Brunello di Montalcino que me encantó. Lástima que no tomé nota de cuál era. Tomé dos copas correctamente servidas, mientras mi mujer optó por cervezas. En cualquier caso no puntúo.

Precio total: 78.30€ (inc IVA, pan/grissini a 1€ por persona, dos cervezas, dos copas de vino, un refresco y agua mineral de 1 litro).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría un entrante, un segundo y un postre, con IVA, servicio y sin bebidas.