Ya era hora de disfrutar de una buena comida en este local cartagenero del buen yantar, en la Fase 2 tras la ola de la pandemia dl Covid-19.

Resaltar la excelentes medidas de seguridad, con las mesas separadas en 2 metros, hidrogel higiénico al entrar al local, y perfectas medidas de higiene del personal del restaurante. Sensación de plena seguridad higiénica.

Tras el típico entrante de sobrasada artesana local cartagenera:

* Gambas al ajillo (buena ración y perfecta cocción).

* Taco de Dentón con ajetes (pescado de roca muy sabroso).

* Tarta de chocolate de la abuela (casera).

Bebida: vino D.O. Rioja por copas y cervezas.

Buena comida disfrutando de este restaurante tradicional y entrañable, donde lo más importante, en esta ocasión, el saber que todos sus componentes y sus clientes estamos bien, para seguir disfrutando de la gastronomía.

Conocía la sucursal en La Manga, durante el verano pero no la central en Cartagena.
Servicio rápido y atento. La carta de vinos aunque escasa, con buena selección y a precios razonables.
Llevándonos por el jefe de la sala, degustamos huevos fritos con gulas y patatas paja, pulpo al horno (exquisito)y puntillitas. De pescado, dorada a la sal. Postre : merengue al limón y asiático.

Cena nocturna en la terraza para mitigar el calor de agosto.

De entrantes:
* Pulpo al horno (buenísimo)
* Revuelto de huevos con patata paja y gulas (un buen clásico del local).

Plato fuerte: Chuletón de carne gallega (exquisito)

Postre: Souflé de limón

Bebida : Cerveza (con el calor no apatece vino)

Precio correcto, relación calidad precio

Local pequeño (por cierto, en el Nº46 de la calle, no el 43), vestido de tasca mesón, sin pretensiones pero agradable. Personal muy amable y acertado en las sugerencias. Copas, vajilla y ropa de mesa normales.
Un par de cervecitas para ir escogiendo y pasamos al vino.
Carta de vinos escasa y habitual pero con incursiones destacables en vinos no tan al uso; escogimos un Baigorri crianza (el mismo que el de la selección del club de hace unos meses) con un precio excelente 12.5 (probablemente la mejor RCP de la carta).
De entrantes: revuelto de papas (paja, con gulas y huevos revueltos en el mismo instante del servicio, para no estropear la textura de las papas, lo que es un detalle).
Albóndigas de rape con almejas: interesante, si bien un punto harinoso; no obstante bien resuelto.
De segundo: chuletón para compartir. Buena carne, buena cantidad, mal acompañamiento (patatas fritas de segunda y parientes lejanos de los pimientos de padrón)
Postres: absolutamente prescindibles y muy caros: un tiramisú mediocre y un surtido de postres pues del montón, siendo amables.
Espirituosos por cuenta de la casa.
La comida no estaba mal, de hecho muy bien para un local que se autodefine como "tasca", si nos olvidamos de los postres. El tema está en el precio, que es muy superior al de algunos restaurantes: 79 euros los dos (y no fue efecto del vino), y sin embargo no está a ese nivel. Quizás para tomar alguna ración vuelva.

Buena materia prima y trato formidable de Horacio.
Entre las recomendaciones: Arroz con bogavante, Merluza con gulas, Dorada a la sal, Chuletón de Ávila, Pulpo al horno, Asado de cabrito, Revuelto de gulas con patatas paja y huevo. Postres caseros.