Tras 10 días en la costa de Huelva, un día he abandonado el pescado y el marisco y he hecho honor a los productos del interior.
Mesón con dos posibilidades para comer (interior y en terraza) con un servicio voluntarioso y atento al tiempo que acertado. (Parece que pertenece a una firma de productos del cerdo).
El jamón, lomo y resto de embutidos se corta manualmente delante del comensal, con raciones generosas. Todo muy bien
Destacar de lo degustado (éramos cinco) albóndigas de ibérico, carillás (como ellos las denominan) a las carrilleras y un excelente bacalao dorado.
Carta de vinos justa pero con servicio adecuado.
Una buena relación calidad precio.
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