La comida me pareció muy buena, original y mimada en su elaboración. El local está decorado con mucho gusto y el servicio de los camareros buenísimo. Educados y muy amables. Yo desde luego lo recomiendo. Los postres originales y caseros.
Segunda visita a este local, la anterior hace un año.
Me gusta la evolución, se van notando detalles que me agradan.
La carta evoluciona y se amplia, tal vez demasiado.
Los platos japoneses resultan originales y le dan un toque de exotismo.
La presentación y elaboración de los platos muy correcta.
El servicio abundante y atento, con ganas de agradar.
Tomamos huevo crujiente, montadito de steak tartare y de segundos ventresca de atún y bacalao en tempura.
El vino Luis Cañas crianza, DO Rioja. Servicio mínimo.
http://www.ojoalplato.com/archives/288/comment-page-1#comment-4170
Fuimos 5 a cenar.
Cenamos todo para compartir; de entrante patatas bravas con aioli (bien) croquetas de queso y de jamón (buenas) y unos huevos rotos con jamon (bien).
De carne pedimos un steak tartar (muy flojo) y dos amburguesas caseras (muy buenas).
La carta de vinos no es muy extensa pero creo que muy acertada, tomamos un Enrique Mendoza Reserva a buena temperatura pero con unas copas que dejaban mucho que desear (en la mesa de enfrente las copas eran buenas). Servicio del vino solo apertura de la botella-
En general cena agradable en un local agradable y buena compañia.
Buena relación calidad precio salimosa 20 € incluidas bebidas y vino.
El trato en este local es inmejorable, los camareros siempre te tratan con una sonrisa y a tienden sin ninguna molestia a todas las preguntas que se tercien, acuden enseguida a atender la comanda.
la decoración es moderna y a la vez sencilla, cristaleras, colores claros.
La comida impresionante, las materias primas son de primera calidad, y las raciones de la dimensión idonea.
La carta de vinos es bastante extensa, encuanto a los precios de los vinos hay que fijarse, algunos estan bastante inflados pero hay muchos calidad precio muy muy bien.
He ido dos veces y las dos he salido encantada.
Céntrico, bien situado y amplio, el local es una verdadera maravilla, con unos restos de muros antiguos acristalados, techos altísimos y buen iluminación.
Escogimos un menú de noche que ofertan de lunes a jueves y consta de cuatro entradas, un pescado, una carne y un postre, maridado con un cava, un blanco y un tinto, café y pan por tan solo por 25€, y además fueron reales, la factura no reflejó ni un solo céntimo más.
La cocina es sencilla, con abuso de la lechuga en todos lo platos, demasiado vulgar y evidente como para que aparezca en tres o cuatro preparaciones, altibajos en los puntos de cocción, como por ejemplo un taco de atún que salió algo seco por fuera y bastante crudo por dentro, frente a una pequeña hamburguesa muy sabrosa y en su punto (lástima, aquí repitieron una salsa de los entrantes).
Las copas son correctas, la carta de vinos interesante y los que nos sirvieron con el menú maridado correctos, bien servidos, a buena temperatura y el servicio amable y atento.
En lineas generales la cocina flojea, de corte internacional y heterogénea calidad. Eso sí, el precio es más que correcto, el local es cómodo (si te toca silla, no sofá) y el servicio atento. Una apuesta informal y desenfadada para cenas con amigos.
Local espectacular en cuanto a decoración, se nota el desembolso inicial,correcta la cristalería, de diseño italiano (imagino elegida por el decorador), justita la distancia entre mesas en las bancadas. Carta de vinos aceptable en variedad y RCP, copa de espera detalle de la casa, el servicio muy bueno, la carta no sorprende, nada nuevo, aunque en el entorno y junto a la simpatía del servicio no disgusta demasiado, reprochable que las cremas de base estuvieran demasiado frías y la carne salada. Buen local para impresionar a tu novia o a tu primo del pueblo. Zona fumadores separada de no fumadores en una especie de habitación acristalada dentro del local, la idea es buena pero te sientes observado por los del exterior.
Probamos por la noche un viernes,buen servicio,tomamos Martin Codax.Muy bueno el milhojas y el carpaccio( de gamba y también el de buey),canutillos de gorgonzola aceptables.Buen postre de mango y helado.Raciones justitas.30-35 Eur.pax con vino.
Parece ser que han mejorado bastante, comida casera sin mucha historia y con los platos bien presentados, se come muy bien por un precio autenticamente espectacular, la verdad es que habiendo comenzado hace poco seguro que va a más. Seriedad en el trato y la sensación de que no venden humo. Detalle de la casa invitación a una copa de cava o vino.
Entorno y decoración exquisita, música actual. Los vinos no estaría de más que los revisaran. Os recomiendo que probeis su magret de pato, el milhojas caramelizado, sus ensaladas y el timbal de huevo roto por comentar algunos platos.
Una gran idea que se pueda tomar una copa despues de cenar y de ahí a la cama, genial.
Además muy acertado el cambio de iluminación y ambientación. Volvere.........
Nuevo restaurante con una agradable decoración en azules, grises y crema. Atmósfera tranquila, bastante silencioso. Disponen de un reservado acristalado. Amplia carta a precios comedidos (los segundos oscilan entre 9 y 12 euros, más o menos). Extensa carta de vinos, algunos de los cuales pueden ser pedidos por copas. La cocina, sin ser nada espectacular cumple, más en la presentación de los platos, bastante cuidada, que en la concepción y ejecución. Raciones justitas (no estaría de más que revisaran esto). Vajilla y copas simplemente funcionales, atención correcta, pero un poquito lenta. Sobre 21 euros sin vino (puntúo por no haber otra opción).