Restaurante familiar en el que Pilar y su familia te obsequian con una entrañable comida casera. El río Valcarce te pasa justo debajo de las ventanas del comedor. La atención es muy familiar y amable. Y los precios son bastante correctos. El apartado de vinos no parece que esté especialmente cuidado, pero siempre puedes disfrutar de un buen D.O. Bierzo si lo pides.
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