Comer en la barra/ comer en un restaurante

Hoy lunes la parranda ofrecía la imágen de un local que no conoce la palabra crisis. Eso nos lleva a dos pensamientos, por una parte el cliente es capaz de acercase a locales de este tipo sin pensar demasiado en el resultado final, el segundo pensamiento es lo injusto que resulta la vida culinaria.
Todas las verduras servidas de buen sabor (álcachofas con ibérico, escalibada con queso de cabra, tomate con bonito), pero si tres personas, tres cervezas y una botella de vino "casa de las epecias" merecen pagar 64€, con un servicio mediocre, con algunas verduras frías de nevera (la escalibada, ¿porqué no llamar verduras asadas a algo que en la huierta de murcia se llama así y no con el apelativo catalanizante?), una carta de vinos con precios que para la barra y las mesas es el mismo, sin ningún servicio, sólo descorche, y vinos a precios algo altos, Cep21 25€, o Casa de las Especias 15€. Todo ello nos dá idea deque la gente prefiere pagar poco, aunque sea cualitativamente mediocre que acercarse hasta locales que tratan de acerlo mejor.
Una experiencia triste e injusta. Murcia no se merece estos locales de diseño prefacbricado, que da igual el lugar de la geografía donde se encuentren.
Servicio muy regular, atención lastimosa. producto bueno, vajilla aceptable, pero la sensación de que las cosa se pagan muy por encima de lo que valen.
Me produce asombro su lleno absoluto, y me dá mucha tristeza como abusan de la clientela.
Hay que incitar a que la gente piense lo que paga, donde lo paga y como lo paga.

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